EL BARCO DE AVILA: Barco-28/07/2009Lluvia de sangría y agua...

Barco-28/07/2009Lluvia de sangría y agua
Numerosos jóvenes se concentraron en El Barco de Ávila en la tradicional ‘Bajada de los Toros’, fiesta en la que los quintos celebran su mayoría de edad
La ‘Bajada de los toros’ es una tradición que se originó hace 20 años cuando la localidad tenía problemas de abastecimiento de agua.
Regados en sangría primero, en la plaza de toros, y después en agua por las calles de la localidad, los quintos y quintas de El Barco de Ávila celebraron su mayoría de edad en la tradicional ‘Bajada de los Toros’ o ‘Bajada del Agua’, que coincide con las fiestas en honor a Santiago. Barreños, bombonas de agua, bidones, cubos e incluso alguna que otra manguera vertían agua desde los balcones y terrazas al animado paso de los participantes. Quintos y jóvenes, con las ropas teñidas de rojo por la sangría que se arrojaron con saña durante la novillada de la tarde, participaron en este pasacalles pasado por agua.
A las siete de la tarde del domingo comenzó la becerrada. Tras los novilleros, los quintos se enfrentaron a un choto y las muchachas, parapetadas detrás de los capotes, a una pequeña vaquilla. La plaza de toros se encontraba rebosante de público, atenta no sólo a lo que sucedía en el ruedo, donde algunos jóvenes recibieron algún revolcón y buenos golpes de las vaquillas, sino también al tendido de sol. Las gradas de sombra se reservan a los mayores y los niños. En las localidades de sol, los jóvenes y quintos, resguardados por sombreros y gorras, se situaron colocando a sus pies garrafas, botellas e incluso barreños de sangría. Sin previo aviso, alguien comenzó a arrojar la sangría sobre sus compañeros, para desatar una auténtica batalla en la que los jóvenes, sin excepción, acabaron teñidos de color rojo. Durante casi una hora, la sangría voló en el tendido de sol. Cuando los jóvenes se quedaron sin sus provisiones de vino, acudieron a las fuentes situadas en torno a la plaza de toros para rellenar los recipientes y continuar mojándose sin descanso.
Tras finalizar el espectáculo taurino, los participantes se divirtieron con el agua de las fuentes hasta que la banda municipal de música comenzó a tocar, momento en el que cientos de personas se alinearon y bailaron mientras bajaron hacia el centro de la localidad. Una vez se divisaron los primeros balcones de los edificios situados cerca de la estación de autobuses, como una marea, el gentío empapado en agua y sangría pujó por situarse bajo los balcones. «Agua, agua», pidieron a voces a los vecinos ubicados en terrazas y ventanas.
Respondiendo a su petición, los barcenses comenzaron a arrojar agua con cubos, barreños y bombonas. Incluso con mangueras, para deleite de los participantes, que recorrieron el centro de la localidad hasta llegar al pilón ubicado junto a la iglesia parroquial, donde se bañaron entusiasmados.
Tras este breve chapuzón, los jóvenes corrieron hasta el parque de La Alameda, a la orilla del Tormes, donde se completó el ritual de la Bajada. Con ropa, calzado y sombrero, se sumergieron en las aguas para cruzar hasta la otra ribera, sujetando con dificultad los escasos vasos de sangría que se salvaron de la batalla librada en la plaza de toros.
El origen de la Bajada de los Toros, también conocida como Bajada del Agua, es reciente. Hace unos 20 años, los problemas de agua en el municipio eran frecuentes, debido a la sequía y a la antigüedad del sistema de suministro. Así, una tarde, a la salida de los toros, los habitantes reclamaron al alcalde «agua, agua», y alguien les dijo: «Ahí va el agua’», arrojándoles algunos cubos.