(PARTE PRIMERA)
Hola, me dirijo a todos vosotros a los cuales os importe un poco vuestro pueblo. He leído la página y me ha alegrado que la gente deje aquí sus opiniones y más aún que podamos contar con estos medios para poder comunicarnos.
Me quiero sumar a estos comentarios porque si hay una cosa clara en todo esto es que el pueblo, poco a poco, se está quedando en nada, y con ciertas actitudes lo vamos a dejar en menos. Me refiero a los resentimientos y a las envidias, que no entiendo puedan existir en un pueblo tan pequeño en el que todo el mundo se conoce o son familiares.
Dejemos ya de ver a nuestros vecinos desde la envidia o el rencor, porque yo así no quiero vivir en ese pueblo. Acordémonos de que compartimos todos un pasado común y un escenario presente que está quedando en el olvido.
En respuesta a ciertos comentarios que habéis colgado de esta página, me parece muy triste que haya gente que piense que pueda haber intereses de por medio para conseguir ser representante del Ayuntamiento. José Antonio, tampoco los había cuando estuviste tú y tampoco los hay ahora. Si los hay, como tú quieres apuntar, son los mismos que tú te encontraste. Yo no oí ningún abucheo a Juan Carlos, actual representante del Ayuntamiento, pero tampoco voy a decirte que sea mejor representante que otros (tú entre ellos) por el mero hecho de ser familia mía. También a él le pediremos lo mismo que te pedimos por aquel entonces, porque hay cosas que aún no han cambiado.
Aquí enlazo con el comentario del joven de 25 años. La juventud seguimos sin nada: no tenemos un lugar donde reunirnos, algo básico para que sigamos en el pueblo, al menos en verano. Lo llevamos pidiendo desde aquella manifestación (en la cual también estuve) que recordaba en su comentario José Antonio. Y seguiremos pidiéndola.
Queremos que se nos ayude. Los jóvenes necesitamos ayuda para poder pegar ese empujón del que adolece el pueblo. Es verdad que no todos somos bestias salvajes, pero también es verdad que debemos demostrarlo más a menudo, porque sino, acciones de unos cuantos nos serán aplicadas a todos.
Hola, me dirijo a todos vosotros a los cuales os importe un poco vuestro pueblo. He leído la página y me ha alegrado que la gente deje aquí sus opiniones y más aún que podamos contar con estos medios para poder comunicarnos.
Me quiero sumar a estos comentarios porque si hay una cosa clara en todo esto es que el pueblo, poco a poco, se está quedando en nada, y con ciertas actitudes lo vamos a dejar en menos. Me refiero a los resentimientos y a las envidias, que no entiendo puedan existir en un pueblo tan pequeño en el que todo el mundo se conoce o son familiares.
Dejemos ya de ver a nuestros vecinos desde la envidia o el rencor, porque yo así no quiero vivir en ese pueblo. Acordémonos de que compartimos todos un pasado común y un escenario presente que está quedando en el olvido.
En respuesta a ciertos comentarios que habéis colgado de esta página, me parece muy triste que haya gente que piense que pueda haber intereses de por medio para conseguir ser representante del Ayuntamiento. José Antonio, tampoco los había cuando estuviste tú y tampoco los hay ahora. Si los hay, como tú quieres apuntar, son los mismos que tú te encontraste. Yo no oí ningún abucheo a Juan Carlos, actual representante del Ayuntamiento, pero tampoco voy a decirte que sea mejor representante que otros (tú entre ellos) por el mero hecho de ser familia mía. También a él le pediremos lo mismo que te pedimos por aquel entonces, porque hay cosas que aún no han cambiado.
Aquí enlazo con el comentario del joven de 25 años. La juventud seguimos sin nada: no tenemos un lugar donde reunirnos, algo básico para que sigamos en el pueblo, al menos en verano. Lo llevamos pidiendo desde aquella manifestación (en la cual también estuve) que recordaba en su comentario José Antonio. Y seguiremos pidiéndola.
Queremos que se nos ayude. Los jóvenes necesitamos ayuda para poder pegar ese empujón del que adolece el pueblo. Es verdad que no todos somos bestias salvajes, pero también es verdad que debemos demostrarlo más a menudo, porque sino, acciones de unos cuantos nos serán aplicadas a todos.