En los años siguientes los datos documentales se suceden: en 1138, la confirmación del territorio diocesano y los bienes adquiridos y por adquirir; en 1142 la donación de Alfonso VII de lo que le correspondía de los
molinos del
puente y de la Serna de Linares; en 1175 Alfonso VIII concede al obispo don Sancho nuevas dádivas y derechos.