Tras un parón se volvió a las obras a mediados del XII dirigido por un nuevo maestro. De estas décadas data la gran
fachada occidental. También es de esta fase final el planteamiento inicial netamente
románico por una finalización más propia del
gótico, como veremos a continuación. La cabecera tiene tres altísimos y esbeltos
ábsides escalonados de planta semicircular con
columnas, impostas horizontales y
ventanales de arquivoltas sobre columnas.