Ávila fue sede episcopal durante la dominación visigoda. En el año 610 se dio preeminencia a la capital y a su obispo sobre todas las demás
iglesias provinciales, en un decreto emitido durante el reinado de Gundemaro. Otra huella de la etapa visigoda en Ávila es el templo de
Santa María la Antigua. Las crónicas registran que este
monasterio fue fundado antes del año 687, y habría sido monasterio mixto —monjes y monjas— hasta la llegada de los árabes.