Constituye una de las mejores representaciones de
arquitectura defensiva conservada íntegramente en el mundo. Con 2.000 años de existencia ha pervivido a todos los avatares de la
historia.
Se construyó en el siglo I después de
Cristo, con el mismo trazado y superficie que la actual.
La mandó reconstruir Alfonso VI tras la conquista de
Toledo y tiene una nueva intervención con Alfonso VIII.