Por mucho que nos duela a Adanero, como a casi todos los pueblos, lo único que le queda es desaparecer. Todos lo queremos mucho, pero sinceramente, nadie quiere vivir en el campo: Sin posibilidades de empleo, sin las comodidades de la ciudad... El barco se hunde y todo el mundo llora, pero eso si, desde la orilla. Además, esto es la pescadilla que se muerde la cola: la gente no va porque no hay nada y no hay nada porque la gente no va y ¿quien tiene la culpa? TODOS.