En los años de posguerra cayó una tormenta de verano que arrasó todo cuanto encontró a su paso y por supuesto, el arroyo Melgar se desbordó. Junto a su cauce había dos trabajadores, uno de Yepes y otro de Huerta, de no muchas luces, que acababan de comer y estaban bajo los efectos del buen vino de Villasequilla... En esto que la corriente de agua arrastraba una mula ahogada y los susodichos la confundieron con la dichosa ballena (Pero que conste que eran de Yepes y de Huerta).