CATEDRAL PRIMADA DE
TOLEDO
Consagrada a la
Virgen María en su Asunción a los
cielos, comenzó a construirse en el año 1226, bajo el mandato del Arzobispo Don Rodrigo Jiménez de Rada, sobre los cimientos de la Catedral visigoda del siglo VI, que fue utilizada como mezquita.
La construcción es de estilo
gótico con una clara influencia francesa. Mide 120 metros de largo por 60 metros de ancho. Está compuesta por 5 naves, sostenida por 88
columnas y 72
bóvedas. Las naves laterales se prolongan por detrás de la
Capilla Mayor rodeando el presbiterio y creando una girola con un doble pasillo semicircular. Su primer arquitecto fue el maestro Martín, de origen francés, a quien se deben las trazas de la planta y los comienzos de la obra en la cabecera del templo.
Hasta el siglo XIV no se pudieron cerrar las naves laterales, y es en este mismo siglo cuando se construyó, en época del Arzobispo Don Pedro Tenorio y en el costado norte, el
claustro bajo con sus dependencias, siendo la más notable la Capilla de
San Blas que le servirá de enterramiento.
En el siglo XV, se levantó la capilla de San Pedro junto a la entrada del claustro, y posteriormente se construyó, en la cabecera, la Capilla de Santiago, panteón familiar de la
familia Luna. Al finalizar este siglo, en 1493, siendo Arzobispo don Pedro González de Mendoza, consejero del Isabel la Católica, se cerró la última
bóveda dándose por concluida esta magna construcción.
En el siglo XVI se construyó el
retablo, parte alta del
coro y
rejas. En la primera mitad del siglo, se cerraron todas las
vidrieras y se realizaron diversas modificaciones de planta como son la sala capitular y capilla Mozárabe con Cisneros, y la capilla de los Reyes Nuevos con Fonseca.