Si pensamos en lo que acarrea una inauguración en gastos nos echamos las manos a la cabeza por no poder echársela a los responsables de esos desaguisados al cuello. Cortes de tráfico para el paso franco al séquito, consecuencia, consumo combustible, pérdida de tiempo, luego pérdida de dinero del sufrido contribuyente. Servicio de escolta, agentes, vehículos, helicópteros, etc, luego gasto absurdo del erario público, osea del resufrido contribuyente, y todo por 30 miserables minutos de protagonismo de los sinvergüenzas, perdón de los jerifalques, perdón otra vez, de los políticos.