Está claro que todo influye. Lo que no se puede consentir es construir en una ciudad que no está preparada o que sabe que no lo va a estar en los próximos años a su crecimiento. Esto se debe la mala gestión y previsión de la administración pública local, o sea, el Ayuntamiento. No se puede echar a suertes si los vecinos que adquieren su segunda vivienda en Ventas van a empadronarse o no, y en función de eso ya se verá si se hacen las cosas o no. Es lamentable, en serio.