Procedentes de dos pueblos de diferente terreno unimos nuestro destino, en lo malo y en lo bueno. Nos vinimos a Madrid de las tierras de Toledo, para buscar un futuro a los hijos venideros. Siete años de noviazgo veinticinco de casados ¿de qué me conoces tú? ¿de qué te conozco acaso? Mujer de carácter fuerte casó con hombre cabal al cabo de tantos años siguen queriéndose igual. Hemos pasado de todo buenos ratos, malos ratos fruto de nuestras pasadas dos extraordinarios vástagos. Han tenido una pareja que era lo que más querían y van pasando los años entre penas y alegrías. Conseguimos nuestras metas sencillitas y normales ser felices, tener hijos sin grandes dificultades. Con sacrificio y tesón Conseguí mi propia empresa quise poner otra cosa mas la mujer no me deja. Ya pasamos los cincuenta los hijos ya vuelan solos y nos quedamos solitos muchas veces los del bolo. Y envejeceremos juntos al final es bien sabido queda la satisfacción de nuestro deber cumplido.