Estimado vecino preocupado por sus hijos: Espero tenga a bien recibir las palabras de este que le escribe, sin otro interés que el de hacerle participe de la situación que vivimos en este pueblo. Comprendo la preocupación por sus hijos, jóvenes expuestos a los peligros que en las calles de este y otros pueblos existen y están a su alcance de una manera cómoda y sencilla. La primera recomendación que le quiero hacer es la de mantener una estrecha confianza con sus hijos, una confianza que le permita conocer de manera constante y puntual, dónde y con quién están sus hijos cuando no están a la alcance de su vista. De esta forma, podrá reconocer el peligro que rodea a sus hijos. Por su parte, estará actuando como un padre responsable que se preocupa por sus descendientes sin necesidad que lo tenga que hacer una niñera, un alcalde, un policía o un guardia civil (o dos).
Por tanto, sería importante que conociera quienes son las personas que ofrecen el peligro. Reconociendo a estos individuos, usted será capaz de saber e identificar de forma inmediata, el nivel de riesgo que tiene sus hijos en función de sus relaciones sociales o amistades y de la cercanía que tengan hacia estas personas. Es por ello que, a veces (y personalmente yo no soy muy partidario de hacerlo), hay que encontrar a los culpables para establecer, al menos, una prevención o, si cabe, una solución.
Bienvenido a la realidad.
Por tanto, sería importante que conociera quienes son las personas que ofrecen el peligro. Reconociendo a estos individuos, usted será capaz de saber e identificar de forma inmediata, el nivel de riesgo que tiene sus hijos en función de sus relaciones sociales o amistades y de la cercanía que tengan hacia estas personas. Es por ello que, a veces (y personalmente yo no soy muy partidario de hacerlo), hay que encontrar a los culpables para establecer, al menos, una prevención o, si cabe, una solución.
Bienvenido a la realidad.