Parece ser que este año nuestra luminaria no ha sido fotografiada, no importa, todos llevamos su luz y calor en nuestros corazones.
A lo que voy, ha caído en mis manos un artículo sobre
costumbres ancestrales y nuestra querida
hoguera además de ser usada para dar luz y calor en las frías
noches de febrero, su fuego purificaba la almas de los que a ella se acercaban.
Esperemos nuestras almas hayan sido purificadas.
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