VILLEL DE MESA
ANTORCHA DE COLMENEROS Ó TRATATADO DE ABEJAS IV
POR D. JOSEF RIVAS Y PEREZ natural de Villel de Mesa, editado el 15 de Abril 1807
AL LECTOR
El deseo, y aun la obligación de servir á unos amigos que esperaban con ansia un tratado de abejas en que se les presentase un plan el mas exacto para la administración de hornos y jacientes; me hicieron concebir la idea de esta obra, en que sin este motivo probablemente no hubiera pensado, pero como mis pocos años, y estos empleados en aprender las ciencias no me hayan permitido dedicarme pribativamente, y con la detención debida á la observación de estos insectos y práctica de manejarlos, (aunque si habia adquirido alguna instrucción acerca de ellos por el continuo trato con el Capellan de Cabolafunte D. Joaquin Pérez, famoso colmenero de nuestros días), bacilaba entre dudas, y no sabia que partido tomar para complacerles; pues reconociendo por una parte mi insuficiencia, y por otra la superioridad del empeño en que me iba á meter, estaba ya casi determinado á abandonar el proyecto; cuando hallandome bien cerciorado de la grande práctica, y no vulgares conocimientos que sobre este ramo poseía el Bachiller D. Vicente Pérez Entrena, Cura de San Esteban de la villa de Alamazan, determine consultarle, y encontré en él toda la acogida que podia desear, pués me franqueó con imponderable libertad todas las observaciones y noticias que sobre esta materia habia adquirido. Animado ya con la protección de tan grande colmenero, me resolví á presentar al público, (como primicias de mi juventud) este breve tratado de abejas, bajo el titulo de Antorcha de Colmeneros, no tanto por la vanidad de ocupar algun rango en el orbe literario y catálogo de los escritores, cuanto por los deseos de poderle ser útil en alguna cosa, y contribuir á la felicidad de la nación, para desempeñar de este modo una de las primeras obligaciones que impuso la natauraleza á todo hombre constituido en sociedad. En efecto, presenté mis borradores á la censura, y habiendo manifestado el Señor Censor gusto, y deseos de que diese mas extensión a la obra, y de que la ilustrase con varias notas útiles y curiosas, determiné complacerle, y por no invertir el órden las coloqué en sus respectivos lugares, poniendo las llamadas correspondientes á fin de que el Lector encuentre con mayor facilidad la declaración de aquellos puntos obscuros, ó la ampliación de los mas concisos y abreviados. Ultimanete, pensando en el estilo, (punto de los mas reparables en las obras de nuestros días) y advirtendo que esta ha de andar mas entre manos de los labradores que de los literatos, estimé mas oportuno ceñirme al sencillo lenguage de aquellos (rectificando algun tanto) que á las frases y artificioso dialecto de estos; pues siendo mi principal objeto la utilidad pública, no quedaria desempeñado si mis ideas saliesen disfrazadas con el ornato de retorica, puesto que entonces privara al vulgo de la inteligencia de estas lecciones, cuando hablándoles en su idioma podrán hacer adelantamientos con ellas; esta es también la razón porque en la denominación de las flores no he usado la nomenclatura de los botánicos, sino aquella con que suelen ser ditinguidas, y genralmente conocidas hasta por la gente mas ruda. No dudo que esta obrita abundará de defectos, pero tampoco me agraviaré de que me los corrijan, aunque sí espero del prudente Lector que sabrá disimularmelos, y agradacer este pequeño servicio que le hace el mismo que se precia de ser su amigo y apasionado.- Rivas.
ANTORCHA DE COLMENEROS Ó TRATATADO DE ABEJAS IV
POR D. JOSEF RIVAS Y PEREZ natural de Villel de Mesa, editado el 15 de Abril 1807
AL LECTOR
El deseo, y aun la obligación de servir á unos amigos que esperaban con ansia un tratado de abejas en que se les presentase un plan el mas exacto para la administración de hornos y jacientes; me hicieron concebir la idea de esta obra, en que sin este motivo probablemente no hubiera pensado, pero como mis pocos años, y estos empleados en aprender las ciencias no me hayan permitido dedicarme pribativamente, y con la detención debida á la observación de estos insectos y práctica de manejarlos, (aunque si habia adquirido alguna instrucción acerca de ellos por el continuo trato con el Capellan de Cabolafunte D. Joaquin Pérez, famoso colmenero de nuestros días), bacilaba entre dudas, y no sabia que partido tomar para complacerles; pues reconociendo por una parte mi insuficiencia, y por otra la superioridad del empeño en que me iba á meter, estaba ya casi determinado á abandonar el proyecto; cuando hallandome bien cerciorado de la grande práctica, y no vulgares conocimientos que sobre este ramo poseía el Bachiller D. Vicente Pérez Entrena, Cura de San Esteban de la villa de Alamazan, determine consultarle, y encontré en él toda la acogida que podia desear, pués me franqueó con imponderable libertad todas las observaciones y noticias que sobre esta materia habia adquirido. Animado ya con la protección de tan grande colmenero, me resolví á presentar al público, (como primicias de mi juventud) este breve tratado de abejas, bajo el titulo de Antorcha de Colmeneros, no tanto por la vanidad de ocupar algun rango en el orbe literario y catálogo de los escritores, cuanto por los deseos de poderle ser útil en alguna cosa, y contribuir á la felicidad de la nación, para desempeñar de este modo una de las primeras obligaciones que impuso la natauraleza á todo hombre constituido en sociedad. En efecto, presenté mis borradores á la censura, y habiendo manifestado el Señor Censor gusto, y deseos de que diese mas extensión a la obra, y de que la ilustrase con varias notas útiles y curiosas, determiné complacerle, y por no invertir el órden las coloqué en sus respectivos lugares, poniendo las llamadas correspondientes á fin de que el Lector encuentre con mayor facilidad la declaración de aquellos puntos obscuros, ó la ampliación de los mas concisos y abreviados. Ultimanete, pensando en el estilo, (punto de los mas reparables en las obras de nuestros días) y advirtendo que esta ha de andar mas entre manos de los labradores que de los literatos, estimé mas oportuno ceñirme al sencillo lenguage de aquellos (rectificando algun tanto) que á las frases y artificioso dialecto de estos; pues siendo mi principal objeto la utilidad pública, no quedaria desempeñado si mis ideas saliesen disfrazadas con el ornato de retorica, puesto que entonces privara al vulgo de la inteligencia de estas lecciones, cuando hablándoles en su idioma podrán hacer adelantamientos con ellas; esta es también la razón porque en la denominación de las flores no he usado la nomenclatura de los botánicos, sino aquella con que suelen ser ditinguidas, y genralmente conocidas hasta por la gente mas ruda. No dudo que esta obrita abundará de defectos, pero tampoco me agraviaré de que me los corrijan, aunque sí espero del prudente Lector que sabrá disimularmelos, y agradacer este pequeño servicio que le hace el mismo que se precia de ser su amigo y apasionado.- Rivas.