
En la
plaza del
pueblo destaca el
Ayuntamiento, el
frontón, una
fuente hermosa y la
iglesia parroquial, obra de escasos vuelos artísticos, pues muestra ser
medieval en su sencilla estructura,
espadaña triangular a los pies, escasos vanos, etc. El interior es de una sola nave, con reducido
ábside de expresión
románica. Entre sus obras muebles destaca un
altar dedicado a
Santa Catalina, cuajado de tallas en madera policromada, obra del siglo XVI. Y una
cruz procesional, magnífica, de ese mismo siglo, realizada en los talleres de orfebrería de Sigüenza por el que fue platero del Cabildo seguntino Pedro de Frías. Dicha cruz, en plata tallada y repujada, muestra en su anverso central a
Cristo crucificado y en su reverso a
San Pedro revestido de pontifical. En los extremos de los brazos aparecen bien talladas imágenes de los símbolos de los evangelistas, cartelas, angelillos, etc.