Extramuros de la ciudad, cerca del
río Henares, se alzó en el siglo XVI un
convento de monjes carmelitas, donado por el matrimonio Salazar. Más tarde pasó a manos de los franciscanos, que lo dedicaron a su fundador.
En el siglo XVII se edificó su nueva
iglesia barroca, en la que destaca su
fachada ondulada, decorada con molduras mixtilíneas y el emblema de la Orden de
san Francisco. Cobijada en
hornacina, vemos la imagen de la Purísima.
Remata el conjunto el
escudo de los Salazar. Desde hace dos siglos pertenece a una comunidad de monjas ursulinas dedicadas a la docencia.