En primer plano observamos el pilon y sus recovecos para llegar a los lavaderos y al fondo tenemos la imagen del Lagar donde actualmente habitan en el tres preciosas lleguas, cuidadas y alimentadas por Emilio tio de Juli (hijo).
Ambiente acojedor y lúgubre el que reside en el interior de una bonita iglesia.
Los antiguos lavaderos que recogen en sus senos el agua del pilón y la llevan derecha a los huertos, donde ahí es utilizada para regar los maravillosos alimentos que siembran los habitantes de LA TORRE.
Gran paiseje que rodea a este pequeño pero acojedor pueblo, en cuyas heras podemos observar alguna de sus edificaciones más antiguas.
Recién reformado y lugar resguardado para aquellos días de repentinas tormentas que te píllan por sorpresa en las calles de este acojedor pueblo.
El pilón, hace llegar el agua que emana de sos dos ojos a los huertos, con las que zanahorias, tomates, calabazas, cebollas, patatas y todos aquellos alimentos vitales para nuestra alimentación crezcan jugosos y apetecibles para cualquier paladar.
Aquí podemos contemplar una maravillosa edificación de hace unos cientos de años, se encuentra en las heras y no esta habitada por nadie y menos aún por Ester.
El campanario de la iglesia goza de gran audición para los días festivos y los domingos, acudir a misa sin demora ninguna, todos las personas que quieran contemplar el encantador interior que posee este edificio.
ésta calle es la principal del pueblo, la calle mayor, baja desde las tres cruces hasta llegar a la carretera de Cerezo.En lo alto divisamos el reloj, gran arquitectura construida con gran pasión para aquellos amantes de oir en cada momento las horas puntas y las medias.
Y bien ricas que estaban e! chicos!
Ronchaban un poko pero cuando hay hambre...
¡¡Gracias, Gracias, Gracias !! Aun no has probado todas las especialidades de la casa jejejej.
1saludo a Ricardo Ballestero que estoy en clase enfrente tuya!! soy el plaza.
De profesional nada. Ahora solo le dejan la bicicleta y la moto. El dia que conduzca se empotra contra el reloj.
