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CULTURA MAYA 1º

Aunque son muchos los núcleos de los que quedan restos en el área de
influencia de los mayas, Chichén-Itzá, ya a primera vista, se nos
presenta como algo muy singular, dada la concepción soberbia de sus
obras arquitectónicas. Pero la admiración que su contemplación
despierta es mayor todavía al saber que todos estos monumentos
pertenecen de lleno a una cultura lítica, es decir, desconocedora por
completo de los metales útiles. ¿Qué hombres serian esos que con tan
parcos elementos forjaron una civilización tan avanzada que ha sido
denominada “la Grecia del Nuevo Mundo”? ¿Quiénes eran los mayas?
LOS MAYAS: CHICHÉN ITZÁ

Pirámide de Kukulcán
El origen de los mayas, como el de tantos pueblos primitivos, es
incierto. Pero se sabe con seguridad que ocuparon, sucesivamente y en
un movimiento ascendente; lo que hoy es la franja meridional de
México, Belice, Guatemala y la zona más occidental de Honduras y El
Salvador. En esta amplia área se establece la cultura maya.
Su decantamiento como algo distinto del resto de las culturas
mesoamericanas se produce paulatinamente durante cerca de cinco siglos
—entre el año 200 antes de Cristo y el 250 de nuestra era—, tiempo en
que se fue creando un estilo artístico y arquitectónico propio. En la
última fecha citada se inicia lo que se ha llamado el período clásico
temprano, que coincide con la aparición del calendario y de la
escritura, y con un avance destacado en el campo del arte; esta etapa
llega basta el año 600. Después comienza el período clásico tardío; en
esta época la organización social estaba muy perfeccionada, y los
sacerdotes dirigen la política y las ciencias, que conocen entonces su
mejor momento.
Pero a partir del siglo X se inicia una decadencia paulatina de este
pueblo. La clase militar llega al poder y desplaza a los sacerdotes,
aunque éstos, afortunadamente, no dejaron de desempeñar su relevante
misión religiosa. Muchos de los grandes centros de población fueron
abandonados por esos años, sin que se sepa con seguridad el porqué de
tal determinación. La población se desplazó hacia el norte de la
península de Yucatán o hacia las tierras altas de Guatemala.
En la zona septentrional se iniciaba entonces el período posclásico
—también llamado imperio nuevo—, con la formación de la Liga de
Mayapán (987) entre las ciudades de Chichén-Itzá, Mayapán y Uxmal,
unión que se deshizo en 1194, haciéndose con la hegemonía la segunda
de estas ciudades, gobernada por los cocomes con ayuda de mercenarios
nahuas procedentes de Xicalango.
LOS MAYAS: CHICHÉN ITZÁ

El Templo de las 1000 columnas
Antes, a lo largo del siglo X, Chichén -Itzá había recibido —por medio
del grupo de los itzaes— el influjo de los toltecas, que se
desplazaron desde la meseta central mexicana al mando de su caudillo
Quetzalcóatl (Serpiente emplumada), nombre cuya traducción directa al
maya es Kukulcán. El posterior culto a Kukulcán se extendió por la
península de Yucatán, y fue precisamente en Chichén-Itzá donde se
construyó su más importante templo, en la espléndida pirámide que los
españoles llamaron más tarde El Castillo. Fue Kukulcán quien fundó
Mayapán, con el propósito de hacer de ella el más destacado centro
religioso y político, lo que se consiguió en 1194 y a costa de Chichén
Itzá, cuyos habitantes, los itzaes, abandonaron la ciudad y se
dirigieron hacia el sur, hacia el Petén guatemalteco, donde fundaron
Tayasal.
La hegemonía de Mayapán. se mantuvo hasta mediados del siglo xv,
cuando la antigua población maya, cansada del dominio de los cocomes y
de sus mercenarios, se rebeló y destruyó dicha ciudad. Es entonces
cuando se inicia el fin de la grandeza maya, con luchas constantes
entre las distintas ciudades. Y esta era la situación cuando, en 1527,
los españoles llegan por primera vez a Yucatán. Pese a su decadencia y
a las luchas internas, la resistencia que los mayas opusieron a los
recién llegados fue muy grande y enérgica, ya que los españoles
tardaron diecinueve años en conquistar el territorio, aunque, en
realidad, lo cierto es que esta conquista no se consumó hasta 1697,
año en que Martín de Ursúa derrotó en Tayasal a los itzaes, que
siempre habían opuesto una tenaz resistencia a todos aquellos que
pretendían someterlos.
Hoy en día quedan unos dos millones de personas de raza maya, que
siguen las tradiciones y costumbres de sus antepasados, pero con una
notable influencia de la religión cristiana. La organización social de
los mayas estaba profundamente influida por su religión. Los
sacerdotes —depositarios de la ciencia— constituían, junto con los
nobles, la clase dominante, una auténtica aristocracia de la sangre.
Luego seguían, en la escala social, los hombres libres, entre los que
figuraban los comerciantes —cuya situación era bastante próspera— y
los campesinos, que vivían en peores condiciones. En el último escalón
estaban los esclavos, reclutados especialmente entre los prisioneros
de guerra de la clase baja y que constituían las víctimas habituales
de los sacrificios humanos. Pero no eran tan sólo los prisioneros de
la organización social de los mayas era rígida y estaba muy influida
por la religión. Los sacerdotes y los nobles eran la clase dominante.
En este detalle de un vaso del periodo clásico tardío se refleja con
realismo la jerarquización de la sociedad.
guerra los que nutrían las filas de los esclavos, pues otro medio de
llegar a la esclavitud era la comisión de delitos, entre los cuales el
robo era considerado como muy grave. Cada ciudad-estado estaba
gobernada por el halach uinic (hombre verdadero), que ejercía
funciones religiosas, militares y civiles. En lo militar era auxiliado
por el nacom y, en lo civil, por el batab, que era un cobrador de
tributos. Las artes principales de los mayas fueron la arquitectura,
la escultura y la pintura, estrechamente vinculadas en todo su
desarrollo al carácter religioso de la sociedad. Los estilos son muy
diversos, dada la amplitud del área cultural maya y las diferencias en
cuanto al ambiente y a la posibilidad de usar distintos materiales de
construcción. Si nos ceñimos a la zona norte de Yucatán, en particular
a las tierras donde surgió Chichén-Itzá, veremos que destacan aquí dos
estilos: el maya clásico y el mayatolteca.