Numerosas personas se congregaron en el recorrido de la persecución y cuando al fin Simpson se rindió la policía encontró 8.000 dólares en metálico,
fotos familiares, una perilla y un bigote postizos, un pasaporte y un revólver Smith & Wesson de calibre 0,357 Magnum cargado. En 1997 fue declarado culpable por una corte civil.