Qué afortunada me siento de pertenecer a este
pueblo y como decía mi abuela cuando íbamos por Montalvo y ya asomaban a lo lejos esos riscos tan descriptivos de nuestro pueblo "Ay Zafra de mi vida y de mi corazón". Quizás nuestro sentimiento tan profundo lo hayamos mamado de estas personas mayores que han formado parte de nuestras vidas y por supuesto nunca las podremos olvidar por su peculiaridad y su buen corazón, ellos sí que amaban este pueblo y cuando los sacabas de él era cómo si enjaularas
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