UCLES: 5-UCLES (UKLIS). CUENCA. 2º PARTE...

5-UCLES (UKLIS). CUENCA. 2º PARTE
Después de dos siglos de hechos para conseguir la posesión del Maestrazgo de Santiago y tras la muerte del último maestre D. Alonso de Cárdenas (1493) los Reyes Católicos solicitaron al Papa Alejandro VI que les declaren administradores de la Orden, cargo que ejercía D. Fernando El Católico desde el 1494 hasta el 1516, fecha que Carlos I unifica las Ordenes Militares en la Corona. A partir de entonces las Órdenes militares dejarían de tener su misión de expulsar a los musulmanes del reino de Granada en 1492 y serían cuando Ucles comenzaría una larga y lenta decadencia.
La historia del lugar desde entonces fue que el año 1528 se iniciaron las obras del actual monasterio. En 1548 se terminaron las obras del actual refectorio asentado sobre los cimientos del antiguo cenobio.
En 1567 Felipe II ordena que se derribe parte de la antigua fortaleza y que se pasen las armas a la Torre Albarrana para proseguir las obras de la Iglesia que se concluye en 1602. En 1577 Felipe II pasa por el monasterio en Semana Santa e impulsa el desarrollo de las obras. En 1577 Alonso de Ercilla, ilustre soldado en América y autor de la obra La Araucana se hospedo en la villa de Ucles con motivo de su nombramiento como Caballero de la Orden de Santiago en fecha 14 de diciembre.
En el 1621 en la época del Siglo de Oro el duque de Osuna cayó en desgracia y su protegido Francisco de Quevedo sufrió las consecuencias políticas de este hecho siendo encarcelado en el Monasterio de Ucles y más tarde de una enfermedad grave fue trasladado a su finca, ubicada en la Torre de Juan Abad.
Durante la Guerra de la Independencia en este lugar se dio la batalla de Ucles en 1809 el 13 de enero y los franceses tras su triunfo cometieron excesos contra la población civil y en el monasterio saqueándolo todo. Los monjes fueron objeto de escarnio y mofa y los hombres degollados y 300 mujeres fueron violadas y posteriormente fueron introducidas en la Iglesia quemándolas junto a todo el mobiliario.
El pintor Goya en su obra: “Los desastres de la guerra” lograría reflejar las escenas de terror de esta trágica jornada.
Tras la Guerra de la Independencia en el siglo XIX, fue lugar de correrías del famoso guerrillero Francisco Abad Moreno “El Chaleco” quien dirigía sus partidas de patriotas y fue el azote de los invasores franceses por sus acciones bélicas en la comarca de La Mancha, Jaén y Córdoba.
Las Cortes de Cádiz suprimían los Señoríos jurisdiccionales mediante el Decreto del 6 de julio de 1811, pero una vez derrotados los franceses y expulsados de España, los avatares políticos (vuelta al absolutismo) hicieron frenar las reivindicaciones de los ayuntamientos de recuperar la plena jurisdicción sobre el territorio del municipio y sería en 1834, cuando tras la introducción del régimen liberal, definitivamente queda abolido el régimen señorial.
En el año 1833, Javier de Burgos ministro de Fomento realiza la división administrativa del reino de España, e inscribe a Ucles, dentro de la provincia de Cuenca.
A lo largo del siglo XIX, durante la vigencia de los distintos gobiernos liberales se van a producir las “desamortizaciones” que es un proceso de expropiación o nacionalización de las propiedades de la Iglesia en concepto de venta de los llamadas “manos muertas”, nombre que recibieron las instituciones como la Iglesia y los Consejos que no podían vender sus tierras.
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de “desamortización de los bienes de la Iglesia” para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada la Guerra Civil, Ucles es ocupada por el bando republicano...
En mi libro: “La España critica….una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto: “Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas trajo sin por ello olvidar otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos que usaron la extrema dureza. Vamos a recordar dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes que la sufrieron en su persona, dos genios de la pluma Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados por el odio enfermo de los contendientes.
Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente la triste realidad que denunciaba Mariano José de Larra del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social participaba en actos colectivos como refleja el gran genio pictórico Francisco de Goya en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
En esta escena de la Guerra de Independencia, ya un ilustrado de mente privilegiada D. Melchor Gaspar de Jovellanos, hacía su análisis personal y decía: “España no lucha por los Borbones, ni por los Fernandos; lucha por sus propios derechos, derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores e independientes de toda la familia o dinastía.
España lidia por su religión, su Constitución, por su leyes, por sus costumbres, sus usos y en una palabra, por su libertad…”
Terminada la guerra transcurre su historia dentro del régimen de Franco hasta que en el año 1977 se incorpora como villa, tras la Ley de la Reforma Política al nuevo sistema democrático actual.