Querido amigo SERGIO, ya sabes, de vuelta de las frías aguas marbellies y de aquel relente vespertino, que si se agradecía el fresquete, tu que veo de huesos tienes que saber un rato, el entumecimiento articular era un suplicio.
He leido con alegría vuestro saludo y, MATRIMONIALMENTE os enviamos el nuestro, auténtico y lleno de gran afecto, del de toda la vida.
Pues ya ves tocado de ala y si el relente marino, fresquito natural, se me clavaba como cuchillo en la articulación del hombro, por aqui tengo que sobrevivir a los gélidos aires de artificio, que no son un cuchillo sino cinco puñales con retorcidos filos que me destrozan por dentro.
Y que te voy a contar.Ya de muchacho, yo anduve tiroteando a la caza por los montes alconcheleros...¡ y de Haro!. Una perdiz que cae hecha una pelota, después del disparo, contra el suelo, eso un pelotazo. Pronto aprendí, que entonces había que salir corriendo hacia donde había caido, - ha caido de ala me decía mi amigo David- y era verdad, el animal con el ala caída corría que se las pelaba y, como no llevabamos perro, algunas veces anticipádonos a uno de sus regates y amagadas conseguíamos echarle el guante, la mayoría, la pobre herida conseguía burlarnos y esconderse. Había dado un pelotazo, se la suponía muerta de remate en en suelo, pero corría y mucho y muy deprisa. Tocada de ala ¡como debería dolerle los huesos quebrantados por el impacto de la munición!.
Posiblemente haga mas de 20 años que no he disparado a un animal, ahora les hago fotos a las perdices de mi pueblo.
Os quiero a todos, pero mover el ratón me cuesta ratos de dolor.
Saludos cordiales.
Gabriel.
He leido con alegría vuestro saludo y, MATRIMONIALMENTE os enviamos el nuestro, auténtico y lleno de gran afecto, del de toda la vida.
Pues ya ves tocado de ala y si el relente marino, fresquito natural, se me clavaba como cuchillo en la articulación del hombro, por aqui tengo que sobrevivir a los gélidos aires de artificio, que no son un cuchillo sino cinco puñales con retorcidos filos que me destrozan por dentro.
Y que te voy a contar.Ya de muchacho, yo anduve tiroteando a la caza por los montes alconcheleros...¡ y de Haro!. Una perdiz que cae hecha una pelota, después del disparo, contra el suelo, eso un pelotazo. Pronto aprendí, que entonces había que salir corriendo hacia donde había caido, - ha caido de ala me decía mi amigo David- y era verdad, el animal con el ala caída corría que se las pelaba y, como no llevabamos perro, algunas veces anticipádonos a uno de sus regates y amagadas conseguíamos echarle el guante, la mayoría, la pobre herida conseguía burlarnos y esconderse. Había dado un pelotazo, se la suponía muerta de remate en en suelo, pero corría y mucho y muy deprisa. Tocada de ala ¡como debería dolerle los huesos quebrantados por el impacto de la munición!.
Posiblemente haga mas de 20 años que no he disparado a un animal, ahora les hago fotos a las perdices de mi pueblo.
Os quiero a todos, pero mover el ratón me cuesta ratos de dolor.
Saludos cordiales.
Gabriel.