Pues sí, Charo. Una verdadera felicidad conocer a Pepi y Amparo, esta de San Esteban de Zapardiel, y volver a encontrarme con Emigrao, Conchi, Castilleja y Pepe, su marido, pero mejor que la comida, las risas, los chistes, anécdotas y llamada de Rubí (gracias Rubí, fue un placer hacerlo) fue ver a Castilleja de nuevo. Veo en ella como si se hubiese producido un milagro; creo que muchas veces cuando se juntan la ciencia y la fe el resultado es estupendo, por eso a veces me revelo, cuando veo como ... (ver texto completo)