Cuenta la leyenda, que a la cueva donde se encontró la Virgen del Castil de Olivas acudieron a rescatar una cabra que se había caído un pastor de Víllora y otro de Enguídanos. Apostaron que el primero que llegara a su pueblo a contar del descubrimiento de la Virgen sería quien se quedaría con ella. Como los dos llegaron a la misma vez, decidieron construir en estos límites la ermita, siendo la actual obra de los Marqueses, los Zuñiga y de la Cerda, que debió realizarse en el siglo XVI o XVII, y ampliarse y reformarse en el s. XVIII. La ermita tenía un capellán a su cargo como atestiguan las respuestas de Villora del Catastro del Marqués de la Ensenada a finales del siglo XVIII. Con el tiempo, la desaparición de los señoríos y la guerra civil, la romería al Castil y la ermita fueron olvidadas, llegándose a utilizar esta última como corral de ganado. Afortunadamente el empeño del Ayuntamiento de Villora en la reforma de la misma y la aparición de pinturas barrocas en 1996 dieron un nuevo ímpetu a esta romería y a su puesta en valor. Esperamos que este reencuentro de Enguídanos y Villora sirva para crear nuevos vínculos entre pueblos y dar a conocer este paraje tan singular y la ermita que en él se encuentra.
amigosdelcabriel. es
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