JESúS NIETO
02/07/2007
La simpleza popular y la reacción plural
Hay días, casi todos, en los que desde el Partido Popular a uno le dan la columna hecha. Siguen un libro de estilo, un manual simplista y maniqueo, en el que los movimientos se anticipan con una exactitud casi científica. Respecto a la muerte trágica de los soldados españoles de la misión del Líbano, la oposición, tan seria y digna, ha argumentado su ataque enésimo al Gobierno bajo el pretexto de los inhibidores de frecuencia. En fin, cuestiones como ésta demuestran la catadura moral del PP: con los cadáveres sin enterrar ya comienzan con sus extravagantes teorías conspirativas. Y es que, aunque uno no quiera, la putrefacción que el PP aporta a la vida pública va quemando los resortes de normalidad de la vida política y eso, a lo largo, pasa factura.
Es lamentable que se aprovechen impunemente las muertes para atacar al Gobierno. La manifestación de júbilo en Chueca, y en todo Madrid, demuestra que son muchos los plurales que se niegan a esta oposición de tebeo. Ellos seguirán ahí, con el rostro descompuesto cuando desfila la enseña arcoiris y pensando en cómo culpar al PSOE de la muerte de militares en el Líbano.
Quizá, si no hubiesen puesto sus reales posaderas en la mesa de Bush, otro gallo nos cantaría en las misiones internacionales; pero España iba bien y Aznar nos convirtió en Estado y burdel de Tío Sam.
El parlamentarismo y la democracia deben ir pensando en inventar inhibidores ideológicos de peperos.
02/07/2007
La simpleza popular y la reacción plural
Hay días, casi todos, en los que desde el Partido Popular a uno le dan la columna hecha. Siguen un libro de estilo, un manual simplista y maniqueo, en el que los movimientos se anticipan con una exactitud casi científica. Respecto a la muerte trágica de los soldados españoles de la misión del Líbano, la oposición, tan seria y digna, ha argumentado su ataque enésimo al Gobierno bajo el pretexto de los inhibidores de frecuencia. En fin, cuestiones como ésta demuestran la catadura moral del PP: con los cadáveres sin enterrar ya comienzan con sus extravagantes teorías conspirativas. Y es que, aunque uno no quiera, la putrefacción que el PP aporta a la vida pública va quemando los resortes de normalidad de la vida política y eso, a lo largo, pasa factura.
Es lamentable que se aprovechen impunemente las muertes para atacar al Gobierno. La manifestación de júbilo en Chueca, y en todo Madrid, demuestra que son muchos los plurales que se niegan a esta oposición de tebeo. Ellos seguirán ahí, con el rostro descompuesto cuando desfila la enseña arcoiris y pensando en cómo culpar al PSOE de la muerte de militares en el Líbano.
Quizá, si no hubiesen puesto sus reales posaderas en la mesa de Bush, otro gallo nos cantaría en las misiones internacionales; pero España iba bien y Aznar nos convirtió en Estado y burdel de Tío Sam.
El parlamentarismo y la democracia deben ir pensando en inventar inhibidores ideológicos de peperos.