ENRIC SOPENA
07/07/2007
Volverá a reír la primavera, Mariano
A Rajoy le queda aún la esperanza francesa. “Y es que el presidente del PP tenía ayer (por el viernes) algo que festejar. Nada menos que la petición de las ya famosas actas de las reuniones entre Gobierno y ETA, por parte de la juez antiterrorista francesa Le Vert”, precisaba El Mundo con satisfacción evidente.
La crónica añadía que en Génova 13 algunas voces señalaban: “Es sólo el principio, porque el tiempo le dará la razón a Rajoy, pese a lo dicho estos días, en su insistencia sobre la petición de explicaciones sobre la negociación”.
Cuando la teoría de la conspiración acerca de la autoría del 11-M parece haber entrado irreversiblemente en el ocaso, al PP y sus acompañantes mediáticos se les abre, por lo visto, otra puerta para la especulación. Los conspiradores cuentan además, en este caso, con una juez y francesa. ¡Albricias, albricias, pan de Madagascar!
Inasequibles al desaliento –tenacidad viril que muchos de ellos aprendieron gracias a la Formación del Espíritu Nacional y otras sugestivas aportaciones falangistas-, los conspiradores han recuperado fuerzas. El tiempo le dará la razón a Mariano, naturalmente.
Si Francia, hace dos siglos, nos envió los Cien Mil Hijos de San Luis para restablecer el absolutismo de Fernando VII frente a los liberales –en su mayoría masones como el Gobierno actual-, en esta ocasión la jueza Vert puede hacer prodigios inconmensurables, milagros maravillosos con las actas de la traición. De la Santa Alianza a Alianza Popular. Y de ahí al Partido Popular. De los hijos de San Luis a los nietos del Caudillo.
Queremos ver las actas. Tenemos derecho a conocer las actas. ¿También las de los encuentros del Gobierno Aznar con ETA? ésas, no. Aznar nunca mantuvo negociaciones con ETA. Hubo simplemente contactos con el Movimiento Vasco de Liberación Nacional (MVLN). Nada, nada, pelillos a la mar. Por otra parte, sólo equiparar a Aznar con ZP es un dislate. Aznar es un patriota. ZP, un vendepatrias. Aznar es un tipo de firmes convicciones. ZP carece de principios y menos aún de convicciones.
En Génova ha retornado el optimismo. En España empieza a amanecer. En marzo próximo, volverá a reír la primavera. ¡ánimo, Mariano, que queda poco!
07/07/2007
Volverá a reír la primavera, Mariano
A Rajoy le queda aún la esperanza francesa. “Y es que el presidente del PP tenía ayer (por el viernes) algo que festejar. Nada menos que la petición de las ya famosas actas de las reuniones entre Gobierno y ETA, por parte de la juez antiterrorista francesa Le Vert”, precisaba El Mundo con satisfacción evidente.
La crónica añadía que en Génova 13 algunas voces señalaban: “Es sólo el principio, porque el tiempo le dará la razón a Rajoy, pese a lo dicho estos días, en su insistencia sobre la petición de explicaciones sobre la negociación”.
Cuando la teoría de la conspiración acerca de la autoría del 11-M parece haber entrado irreversiblemente en el ocaso, al PP y sus acompañantes mediáticos se les abre, por lo visto, otra puerta para la especulación. Los conspiradores cuentan además, en este caso, con una juez y francesa. ¡Albricias, albricias, pan de Madagascar!
Inasequibles al desaliento –tenacidad viril que muchos de ellos aprendieron gracias a la Formación del Espíritu Nacional y otras sugestivas aportaciones falangistas-, los conspiradores han recuperado fuerzas. El tiempo le dará la razón a Mariano, naturalmente.
Si Francia, hace dos siglos, nos envió los Cien Mil Hijos de San Luis para restablecer el absolutismo de Fernando VII frente a los liberales –en su mayoría masones como el Gobierno actual-, en esta ocasión la jueza Vert puede hacer prodigios inconmensurables, milagros maravillosos con las actas de la traición. De la Santa Alianza a Alianza Popular. Y de ahí al Partido Popular. De los hijos de San Luis a los nietos del Caudillo.
Queremos ver las actas. Tenemos derecho a conocer las actas. ¿También las de los encuentros del Gobierno Aznar con ETA? ésas, no. Aznar nunca mantuvo negociaciones con ETA. Hubo simplemente contactos con el Movimiento Vasco de Liberación Nacional (MVLN). Nada, nada, pelillos a la mar. Por otra parte, sólo equiparar a Aznar con ZP es un dislate. Aznar es un patriota. ZP, un vendepatrias. Aznar es un tipo de firmes convicciones. ZP carece de principios y menos aún de convicciones.
En Génova ha retornado el optimismo. En España empieza a amanecer. En marzo próximo, volverá a reír la primavera. ¡ánimo, Mariano, que queda poco!