11/07/2007
Perfil sobre el candidato conservador que necesita España
Soñé que gobernaba un presidente del PP que decía que Franco fue un dictador
He tenido un sueño. Soñé que gobernaba España un presidente del PP que decía que el 18 de julio de 1936 fue un golpe de Estado y Franco, un dictador. Que tenía sus creencias religiosas pero no pretendía imponérselas a nadie con los fondos y los medios del Estado. Que consideraba a Europa el marco natural de la acción exterior de España y a Francia y Alemania nuestros principales socios. Que se negaba en redondo a utilizar a ETA en el debate político nacional. Que se preocupaba por la amenaza de Al Qaeda, el cambio climático, el deterioro de nuestros montes y costas y la plena integración de los inmigrantes en los derechos y deberes de la ciudadanía. Que pensaba que la economía española debía depender menos del ladrillo y más de la industria y los servicios de alta tecnología. Que no creía que el uso del catalán o el vasco en el Congreso de los Diputados rompiera España o perjudicara lo más mínimo la expansión universal de la lengua castellana. Que tenía incluso a algunos progresistas en su Gabinete.
Este presidente rebajaba la presión fiscal a las clases medias y populares y la aumentaba a las industrias contaminantes. Este presidente reclutaba más policías y guardias civiles para reforzar la seguridad de los ciudadanos que no pueden costearse los servicios de una empresa privada. Este presidente pactaba con los nacionalismos conservadores catalán y vasco, pero reforzaba las competencias del Gobierno central en materias como el urbanismo o la lucha contra las catástrofes. Este presidente estimulaba la industria cultural española y europea. Este presidente se aliaba con Sarkozy para crear un gobierno económico europeo que promoviera el crecimiento y el empleo y le plantara cara, si hiciera falta, al BCE.
Adelantar elecciones
Cuando me desperté, comprendí que Rajoy tiene razón. He escrito en las últimas semanas que no hay ningún motivo para adelantar las elecciones generales, pero rectificar es de sabios. Sí que hay un motivo y es de alto interés nacional: que Rajoy pierda y se vaya; que, bajo el liderazgo de sus elementos más centristas y moderados, el PP comience un proceso de refundación.
¿Dónde estás, UCD?
Si el precio que el PP debe pagar por ello es que sus elementos más extremistas funden un partido de ultraderecha, ¿dónde está el problema? ¿Dónde está escrito que una democracia deba contar sólo con una fuerza de derechas con representación parlamentaria? España tiene, como mínimo, dos fuerzas de izquierda en la Carrera de San Jerónimo. Francia tiene a Le Pen y ello no le ha impedido a Sarkozy ganar ampliamente las elecciones y rendir luego homenaje a un resistente comunista. ¿No va siendo hora de que regrese a la política española algo parecido a lo que fue la UCD de Suárez?
Javier Valenzuela es periodista y escritor. Ha sido corresponsal de El País en Beirut, Rabat, París y Washington y director adjunto de ese periódico, y Director General de Información Internacional de la Presidencia del Gobierno entre 2004 y 2006.
Perfil sobre el candidato conservador que necesita España
Soñé que gobernaba un presidente del PP que decía que Franco fue un dictador
He tenido un sueño. Soñé que gobernaba España un presidente del PP que decía que el 18 de julio de 1936 fue un golpe de Estado y Franco, un dictador. Que tenía sus creencias religiosas pero no pretendía imponérselas a nadie con los fondos y los medios del Estado. Que consideraba a Europa el marco natural de la acción exterior de España y a Francia y Alemania nuestros principales socios. Que se negaba en redondo a utilizar a ETA en el debate político nacional. Que se preocupaba por la amenaza de Al Qaeda, el cambio climático, el deterioro de nuestros montes y costas y la plena integración de los inmigrantes en los derechos y deberes de la ciudadanía. Que pensaba que la economía española debía depender menos del ladrillo y más de la industria y los servicios de alta tecnología. Que no creía que el uso del catalán o el vasco en el Congreso de los Diputados rompiera España o perjudicara lo más mínimo la expansión universal de la lengua castellana. Que tenía incluso a algunos progresistas en su Gabinete.
Este presidente rebajaba la presión fiscal a las clases medias y populares y la aumentaba a las industrias contaminantes. Este presidente reclutaba más policías y guardias civiles para reforzar la seguridad de los ciudadanos que no pueden costearse los servicios de una empresa privada. Este presidente pactaba con los nacionalismos conservadores catalán y vasco, pero reforzaba las competencias del Gobierno central en materias como el urbanismo o la lucha contra las catástrofes. Este presidente estimulaba la industria cultural española y europea. Este presidente se aliaba con Sarkozy para crear un gobierno económico europeo que promoviera el crecimiento y el empleo y le plantara cara, si hiciera falta, al BCE.
Adelantar elecciones
Cuando me desperté, comprendí que Rajoy tiene razón. He escrito en las últimas semanas que no hay ningún motivo para adelantar las elecciones generales, pero rectificar es de sabios. Sí que hay un motivo y es de alto interés nacional: que Rajoy pierda y se vaya; que, bajo el liderazgo de sus elementos más centristas y moderados, el PP comience un proceso de refundación.
¿Dónde estás, UCD?
Si el precio que el PP debe pagar por ello es que sus elementos más extremistas funden un partido de ultraderecha, ¿dónde está el problema? ¿Dónde está escrito que una democracia deba contar sólo con una fuerza de derechas con representación parlamentaria? España tiene, como mínimo, dos fuerzas de izquierda en la Carrera de San Jerónimo. Francia tiene a Le Pen y ello no le ha impedido a Sarkozy ganar ampliamente las elecciones y rendir luego homenaje a un resistente comunista. ¿No va siendo hora de que regrese a la política española algo parecido a lo que fue la UCD de Suárez?
Javier Valenzuela es periodista y escritor. Ha sido corresponsal de El País en Beirut, Rabat, París y Washington y director adjunto de ese periódico, y Director General de Información Internacional de la Presidencia del Gobierno entre 2004 y 2006.