JUNIO TIEMPO DE SIEGA QUIERO QUE MI MENSAJE SEA UN HOMENAJE A TODOS LOS SEGADORES; LOS DE ANTES Y LOS DE AHORA.
LOS DE ANTES:
Eran las cinco de la mañana y día tras día el ruido de los cascos de las mulas te resonaban en el cerebro, y uno en la cama trataba de no oírlas y de que tus padres se olvidaran de despertarte y te dejaran en la cama ese día, que sueño, que cansera, pero no había tregua, pronto se oía el grito de venga que nos vamos que ya te he llamado tres veces, si no senocharas tanto por la noche; arriba. Como la cosa se ponía fea, te calzabas las albarcas con calcetín de lona, tus pantalones de pana para no pasar frió en el mes de Julio y tu sombrero de paja que bonito; medio zombi a trancas y barrancas, llegabas sin abrir los ojos a la caballería y te subías encima para seguir durmiendo, como el Cid Campeador, hasta la llegada al bancal o pedazo, (pues entonces no eran parcelas pues no habían parcelado ningún termino), que rato de felicidad durante el viaje; y que trago tan amargo la llegada, mientras te ponías la zoqueta y el dedil y cogías la hoz, olías el campo de ese sabor a mies mojada por el roció, justo empezaba el alba y entraba el amanecer, sin apenas verse todos en el tajo los riñones te dolían un rato hasta que se dormían y ya en toda la mañana solo notabas un pequeño cosquilleo, que no sabías si era de los riñones o del hambre que tenías, ya que solo pensabas en la merienda.
De vez en cuando a la sombra del pino para echar un trago de la botija, y otros cuantos de vino de la bota, no se decía jamás descansar, como si uno no se cansara que barbaridad, y otra vez al tajo; así durante todo el mes que ganas de que viniera la trilla, por lo menos iría subido en ella y los riñones descansarían un poco, pero que va vuelta a la parva, otra vuelta más, otra, recoger la parva, aventar el grano para separarlo de la paja, meterlo en costales, cargarlo y llevarlo al granero, así durante otros tantos días.
Quedaba cargar la paja en los carros con la red y transportarla a los pajares ahora si; que alegría después de mes y medio, las fiestas del pueblo estaban a la puerta de la esquina para poder relajarse un poco, (solo eso relajarse por que el dinero no daba para más), por que seguidamente, pasadas estas, todo lo relatado habría que volver a repetirlo para el siguiente año empezando de nuevo con la labranza y la siembra.
LOS DE AHORA:
Once de la mañana, después del copioso almuerzo, vamos a echar gas-oil a la cosechadora, que con el relente de la mañana aun es pronto para empezar a segar por que no desgrana bien la máquina, ¿oye has echado la nevera con las cervezas bien frías en la máquina?, mira que funcione bien el aire acondicionado en la cabina que si se estropea morimos como chinches.
Hecha la barra de chorizo de ese picante que compramos en mercadona el otro día así echaremos un pinchote a media mañana.
Empieza la siega en estas pésimas condiciones se llega a la parcela (ahora si hay), primera faena buscar una buena sombra para dormir la siesta mientras el pobre que va en la cabina de la cosechadora medio helado llena la Tolva y pite para salir con el tractor y remolque para vaciarla en el mismo en cinco minutos. Y otra siesta hasta la próxima, cuando se llena el remolque llevarla al almacén.
Que pena, la madre en la casa diciendo todo el día pobres hijos míos a pique de que les pase algo con estos calores, esto es inhumano, menos mal que por lo menos se han llevado buena merienda.
Y así en estas penosas circunstancias durante diez interminables días pasamos a descansar y coger las vacaciones durante tres meses y preparar el viaje a Benidorm para relajarnos 15 días en un hotel de 5 estrellas. Luego como la faena la hacemos en cuatro días ya nos dedicaremos a hablar del tiempo, de las subvenciones que no llegan y de que solo sube el abono y la simiente y nunca el kilo de cebada, y hasta el año que viene, amén
PROVERVIO: Una mentira puede correr 6 veces por el mundo; antes de que la verdad haya tenido tiempo de ponerse los zapatos.
LOS DE ANTES:
Eran las cinco de la mañana y día tras día el ruido de los cascos de las mulas te resonaban en el cerebro, y uno en la cama trataba de no oírlas y de que tus padres se olvidaran de despertarte y te dejaran en la cama ese día, que sueño, que cansera, pero no había tregua, pronto se oía el grito de venga que nos vamos que ya te he llamado tres veces, si no senocharas tanto por la noche; arriba. Como la cosa se ponía fea, te calzabas las albarcas con calcetín de lona, tus pantalones de pana para no pasar frió en el mes de Julio y tu sombrero de paja que bonito; medio zombi a trancas y barrancas, llegabas sin abrir los ojos a la caballería y te subías encima para seguir durmiendo, como el Cid Campeador, hasta la llegada al bancal o pedazo, (pues entonces no eran parcelas pues no habían parcelado ningún termino), que rato de felicidad durante el viaje; y que trago tan amargo la llegada, mientras te ponías la zoqueta y el dedil y cogías la hoz, olías el campo de ese sabor a mies mojada por el roció, justo empezaba el alba y entraba el amanecer, sin apenas verse todos en el tajo los riñones te dolían un rato hasta que se dormían y ya en toda la mañana solo notabas un pequeño cosquilleo, que no sabías si era de los riñones o del hambre que tenías, ya que solo pensabas en la merienda.
De vez en cuando a la sombra del pino para echar un trago de la botija, y otros cuantos de vino de la bota, no se decía jamás descansar, como si uno no se cansara que barbaridad, y otra vez al tajo; así durante todo el mes que ganas de que viniera la trilla, por lo menos iría subido en ella y los riñones descansarían un poco, pero que va vuelta a la parva, otra vuelta más, otra, recoger la parva, aventar el grano para separarlo de la paja, meterlo en costales, cargarlo y llevarlo al granero, así durante otros tantos días.
Quedaba cargar la paja en los carros con la red y transportarla a los pajares ahora si; que alegría después de mes y medio, las fiestas del pueblo estaban a la puerta de la esquina para poder relajarse un poco, (solo eso relajarse por que el dinero no daba para más), por que seguidamente, pasadas estas, todo lo relatado habría que volver a repetirlo para el siguiente año empezando de nuevo con la labranza y la siembra.
LOS DE AHORA:
Once de la mañana, después del copioso almuerzo, vamos a echar gas-oil a la cosechadora, que con el relente de la mañana aun es pronto para empezar a segar por que no desgrana bien la máquina, ¿oye has echado la nevera con las cervezas bien frías en la máquina?, mira que funcione bien el aire acondicionado en la cabina que si se estropea morimos como chinches.
Hecha la barra de chorizo de ese picante que compramos en mercadona el otro día así echaremos un pinchote a media mañana.
Empieza la siega en estas pésimas condiciones se llega a la parcela (ahora si hay), primera faena buscar una buena sombra para dormir la siesta mientras el pobre que va en la cabina de la cosechadora medio helado llena la Tolva y pite para salir con el tractor y remolque para vaciarla en el mismo en cinco minutos. Y otra siesta hasta la próxima, cuando se llena el remolque llevarla al almacén.
Que pena, la madre en la casa diciendo todo el día pobres hijos míos a pique de que les pase algo con estos calores, esto es inhumano, menos mal que por lo menos se han llevado buena merienda.
Y así en estas penosas circunstancias durante diez interminables días pasamos a descansar y coger las vacaciones durante tres meses y preparar el viaje a Benidorm para relajarnos 15 días en un hotel de 5 estrellas. Luego como la faena la hacemos en cuatro días ya nos dedicaremos a hablar del tiempo, de las subvenciones que no llegan y de que solo sube el abono y la simiente y nunca el kilo de cebada, y hasta el año que viene, amén
PROVERVIO: Una mentira puede correr 6 veces por el mundo; antes de que la verdad haya tenido tiempo de ponerse los zapatos.
