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LA VENTOSA: Fiestas de la Ventosa 2015. Continuación del escrito...

Fiestas de la Ventosa 2015. Continuación del escrito del 18- 09-15.
MATICES
Hola Foreros/as.
En mi escrito anterior, reconociendo que las fiestas, fiestas son, y por lo tanto se pasa bien, figura la palabra “matices”, y con eso quiero decir que las fiestas de Agosto-2015 no han estado a la altura que todos deseamos.
¿Y, por qué? Muy fácil, porque a una gran mayoría de personas no les satisfacen ni una miaja ni la música contratada, ni la celebración de las mismas en la plaza del Romeral. Ni sus injustas consecuencias.
Y porque además, los criterios de la Comisión de Festejos para la elección de dicha plaza, no han sido consensuados con el pueblo, y han sido injustos, revanchistas, y se han arrogado una autoridad que no tienen.
Dicho esto, me acojo a un dicho famoso que dice así: “Si quieres tener enemigos, no hace falta que empieces una guerra. Basta con que digas la verdad”.
AMIGOS:
Pongo amigos con mayúscula para resaltar mi agradecimiento y admiración por el trabajo ingrato de la Comisión, que les impide disfrutar de las Fiestas como su juventud demanda, y que pocas personas sabrán el inmenso trabajo que realizan altruistamente desde días antes de empezar las Fiestas, y algún día después de terminar las mismas.
Por conocerles a todos, mi aprecio y simpatía personal por cada uno de ellos, creo que es sabido y notorio, y si alguno lo duda desde aquí se lo ratifico.
Pero tal y como le daría mi opinión a mis hijos o hermanos, me atrevo a darla a ellos, y les digo que no lo han hecho bien, no en la práctica, sino en las formas.
Me explico:
Desde que yo tengo memoria, y muchísimos años antes que se remontan a nuestros tatarabuelos, las Fiestas del Cristo marcaban el premio por haber terminado las tareas fuertes del campo. Siega, trilla y recogida del grano en los atrojes o cámaras.
En mi recuerdo tengo imágenes de las chicas con las que bailaba en la verbena, los bailes que mi madre nos enseñaba en casa, y hablo de cuando tenía 10-12 años. Aquellas preciosas chicas, (para mí lo siguen siendo) que pasaban por mí era cuando yo trillaba con mi padre, que iban a por agua a la fuente grande, y que tanta vergüenza me daba saludarlas al verlas pasar tan preciosas, con un botijo en cada mano.
Para los más mayores, esos días de fiesta eran la promesa de acercamiento a las chicas o chicos de sus sueños. Era poder cogerse de la mano, del hombro, de la cintura, y estar contemplando sus ojos a una cuarta de distancia, y diciéndose cosas bonitas durante los dos minutos que duraba un baile. Y después otro baile, y otro y otro. Era vivir en una nube, pero pisando suelo.
Disfrutábamos padres e hijos en esa Fiesta del Cristo, todos juntos, con la misma música, y con ella nos enamoramos y nos casamos muchísimos de los que tenemos más de cincuenta años…como lo hicieron nuestros padres y abuelos…
En la década de los sesenta, (algunos antes), muchos mozos y mozas emigraron a las ciudades en busca de un porvenir que nuestro pueblo no les podía ofrecer, y al cabo de los años, hacia 1980, surgió la idea de crear las Fiestas de Agosto. El motivo fue de carácter sentimental, no exento, naturalmente de su carácter festivo, pues al disfrutar en el mes de Agosto el permiso o vacaciones que nos daban en las empresas donde se trabajaba, se aprovechaba este mes para continuar el acercamiento a nuestro pueblo, y a nuestros padres, para ayudarles en las tareas del campo.
En ese mes, además de ayudar en dichas tareas, se tenía tiempo de hacer la Verbena en el Eruelo, y de organizar los concursos que detallo en mi escrito anterior, pero sobre todo, en esa época de nuestra vida en la que muchos de nosotros estábamos casados y con hijos pequeños y adolescentes, las fiestas seguían teniendo ese motivo sentimental de acercamiento entre hombre-mujer, pues las relaciones sociales, se limitaban todavía a un trato deferente, cortés y puritano, aunque algo más libre que en la década de los sesenta, y antes.
En esas Fiestas de Agosto y hasta nuestros días, se han enamorado y casado muchos de nuestros hijos entre sí, y no había grandes diferencias entre jóvenes y mayores en la elección de la música, y sobre todo en los razonables horarios de su ejecución, tan distintos a los de ahora, que para muchos de nosotros son incomprensibles.
Se pagaban cuotas razonables, se contrataba un bar que se ponía al lado del olmo del Tío Crescencio, que pagaba su cuota por establecerse y trabajar esos días, y que servía de apoyo para que los otros bares no estuvieran tan saturados, y pudieran servir al personal decentemente.
Los demás bares también pagaban su cuota, y yo no recuerdo haber oído comentar ningún problema con las distintas Comisiones de Festejos, más allá del tira y afloja de una transacción comercial normal.
Tampoco hubo problemas para sufragarlas por parte del pueblo, ya que una vez establecida y aceptada la costumbre de celebrarlas, todos daban por sentado que en el mes de Agosto tenían una cuota que satisfacer, y lo hacían a gusto (salvo algún remolón, que siempre los hubo) por tener a sus hijos con ellos en casa, disfrutando del cocido del día del Cristo.
Sí tengo entendido, que el Ayuntamiento, sin hacerlo público, era garante solidario por si fallaban las previsiones por falta de personal u otra contingencia inesperada.
¿Qué ha sucedido entonces para llegar a la disconformidad actual?
Debíamos de habernos dado cuenta todos antes, que existe una tremenda e insalvable diferencia generacional entre nosotros, los que tenemos más de 50 años, y nuestra guapa juventud que comprende desde los 15 a los 35 años, y que los gustos musicales de unos y otros, están tan distanciados que será imposible su unificación en el futuro.
Ejemplo:
Septiembre. Día del Cristo, lunes. Se celebró una degustación de caldereta en el Silo, en el que estaríamos de 80 a 90 asistentes, casi todos mayores por haberse tenido que ir el Domingo nuestros hijos y nietos por motivo de trabajos, colegios etc. (por cierto, la Comisión debió de programar esta Fiesta el sábado, y así hubiera disfrutado mucha más gente que la tenía pagada). Misa y Procesión aparte, pues la Tradición manda que sea el día 14.
Todos conocidos, ambiente como hermanos y amenizando la fiesta hasta la una de la mañana, y desde las diez de la noche, un extraordinario y conocido acordeonista, que alternaba ese magnífico instrumento con un teclado con acompañamiento acústico, y su voz, pues también cantaba.
Puso a bailar a todo el personal durante las horas que tocó con sus pasodobles, chachachás, tangos, etc. En definitiva, bailes como los de antaño, de salón. Todo el personal con sonrisa de estar pasándolo bien. Felices. Por haberlo pagado la Diputación no sé lo que cobró, pero seguro que no me equivoco si pongo que por tocar 8 horas en cualquier fiesta, durante dos días, pudiera cobrar 1200’00 €. (600`00 €. Día).
¿Hubiera sido esto posible en las Fiestas de Agosto?
SI, si se programa así por la Comisión, y eso sería un detalle de coherencia con lo que, económicamente nos podemos permitir, y evitaríamos tener que pasarles 30`00 €. de cuota a los matrimonios mayores de 70 años, por ofrecerles únicamente baile cuando están durmiendo, pues éste empieza a las doce de la noche. O pasarles una cuota de 20`00 €. A los jóvenes de 14 y 15 años que están más jugando al pilla pilla y al escondite, con las chicas de su edad, por los recovecos del pueblo, y les importa un pimiento el baile.
Y es que nos empeñamos en contratar Orquestas pensando casi solamente en los jóvenes, que son en definitiva los que menos colaboran económicamente, no gastan en los bares porque se hacen su botellón fuera del recinto del baile, a escondidas de los mayores, pues saben del repudio de éstos al botellón, y mintiéndoles cuando llegan a casa de madrugada, diciendo que ellos no beben, que beben los demás, y cuando les dices al levantarlos para comer, porqué huele la habitación a alcohol y pies, te miran soñolientos como diciendo: “ya olía así cuando llegué”. (Aunque no lo borre, disculparme este lapsus que merecería un escrito aparte).
Estas Orquestas valen un riñón y marcan sus horarios, que no son precisamente los que la gente, que verdaderamente paga la fiesta quiere, y las Comisiones a tragar, trabajando, en vez de divertirse, para pagarles.
Empiezan normalmente a las doce de la noche, y tras una hora aproximadamente de tocar pasodobles y bailes de salón, pasan a tocar la música para la que verdaderamente están preparados. Música de grupos como Fito, Extremo Duro, el Canto del Loco, Marea, Estopa etc., música que a los mayores les hace sentarse en las sillas de las mesas, si las hay, y es entonces cuando poco a poco, empieza a llegar la juventud a la plaza, portando un vaso de cubata en una mano, y la otra libre para levantarla mientras corea con la Orquesta las canciones. No son canciones para disfrutar el arte del baile, sino para el lucimiento de las Orquestas. ¡! Y por eso les pagan una pasta!

CONTINUA Y TERMINA EN EL SIGUIENTE ESCRITO...