Hola soy Dios
¡Qué cansado estoy de este tema! Pero nada, vosotros dale que dale. Con lo bien que tenía yo organizado el tinglado, tuvo que venir la Revolución Francesa y arruinarlo todo.
Y claro, estas cosas son contagiosas. Primero los franceses, luego los rusos, después los americanos? vamos, una infección que se ha ido extendiendo como la peste, aquella que yo os enviaba en la Edad Media para ir controlando la población –luego descubrí que la televisión es más eficaz y más limpia–.
Decía que antes yo lo tenía todo atado y bien atado. Yo designaba a un propio, le ponía una coronita, le teñía la sangre de azul y hala, a la Tierra a gobernar humanos. Y hasta hace algunos siglos no había recibido ninguna queja. Que el rey en cuestión es sensato y piadoso, mejor. Que le gustan las titis más de lo conveniente: pues para eso es el rey y nos tuvimos que inventar el derecho de pernada. Que se le iba la mano de vez en cuando inventándose guerritas con las que entretenerse, bueno? pues qué se le va a hacer, que es el rey, ¡carape!
Pero no, eso dejó de gustaros e insististeis en volver a aquello que se inventó un tal Clístenes, en Atenas. Recuerdo que era un tipo resentido y que ideó eso de votar para jorobar a sus jefes, no os vayáis a creer. De modo que le tomasteis gusto a ir con el papelito a una caja de cristal cada cierto tiempo, y hasta hoy.
Pero vamos a ver: ¿No os dais cuenta de que eso permite que cualquier mindundi pueda mandar? Ya lo estáis viendo: se presenta a las elecciones un patán con sonrisa profidén y os abrís de piernas. Luego se lo lleva crudo a Suiza y si os he visto no me acuerdo.
Con lo bien que estaba antes. Veréis: Yo designaba una familia, les daba un cerebro de prestaciones medias –o medias-bajas, dependiendo de la época–. Les rodeaba de una buena patulea, entre hermanos, primos, cuñados? Les hacía emparentar con otras familias similares, si no menos lúcidas y –esto es muy importante– les daba varios hijos: Uno más o menos listo y el resto? bueno, del resto mejor ni hablaros, que hasta a mí me da vergüenza ajena. Por eso es muy relevante la nómina de yernos: Los hay tontos y demasiado listos. Nunca he sabido por cuales decantarme, así que he puesto un poco de los dos. Sí, hijos míos, los yernos son fundamentales en esas familias. Fijaos que hasta en familias no reales –esas que se me colaron por accidentes históricos– los yernos han sido relevantes? Recuerdo una llamada Franco –no sé si os suena– en la que el yernísimo era una pieza de cuidado: Le dio por hacer trasplantes de corazón e importar vespas sin permisos. Lo tenemos en el purgatorio (nivel cuatro) a 85 grados desde 1998, y aún le quedan siete siglos. Pues decía que los yernos son muy relevantes. Lo creáis o no –en realidad a mí me importa un arcángel que me creáis, por algo soy Dios– los yernos son los que le dan estabilidad y credibilidad a las familias reales. Y si no recordad al yerno de la reina Victoria o al de Isabel la Católica. ¿No os acordáis? Pues yo sí, caramba, ¡que por algo tengo en la cabeza a todo el Universo!
Esto me recuerda la evolución que siguió el planeta llamado Urdangeranio. También sufrió veleidades democráticas, pero tras varios milenios de oscuridad, retornó a sus orígenes –no imagináis como me rezaban pidiéndome que les enviara un mesías–. De modo que les mandé a un yerno, uno de los buenos, un pata negra. Al final el emperador Urdangeranín –que fundó la dinastía del mismo nombre– llegó a ser conocido en todos los rincones de la galaxia. Eso sí, hasta los satélites de menos de 500 kilómetros tenían que contribuir generosamente al sustento del emperador a través de una original sociedad llamada Nos y Vos. ¿Pero quién dijo que una familia real fuese barata? ¿Lo habéis leído en la Biblia acaso? Pues eso, hijos míos. Que la vida es dura. Incluso para los emperadores. Y si no preguntádselo a John Kennedy, que está en lista de espera en el nivel tres purgatorial al lado de Marilyn Monroe –sin tocar, eh!– y un tal Elvis Presley, que es pesadísimo y no para de mover la caderas y me tiene a los querubines alborotados.
Hacedme caso, hijos míos? donde haya un buen yerno? ¡que se quiten los votos!
? Y del pueblo que me decís,? llevamos una eternidad sin noticias en este Foro, que esta mas muerto que la " Esperanza" del PP de pillar cacho después de estas elecciones Yo que casi todo lo puedo, se me resisten algunas cosas que ni yo puedo, que es animar este Foro y que no traigan arena los berberechos de MERCADONA
UNO MAS
¡Qué cansado estoy de este tema! Pero nada, vosotros dale que dale. Con lo bien que tenía yo organizado el tinglado, tuvo que venir la Revolución Francesa y arruinarlo todo.
Y claro, estas cosas son contagiosas. Primero los franceses, luego los rusos, después los americanos? vamos, una infección que se ha ido extendiendo como la peste, aquella que yo os enviaba en la Edad Media para ir controlando la población –luego descubrí que la televisión es más eficaz y más limpia–.
Decía que antes yo lo tenía todo atado y bien atado. Yo designaba a un propio, le ponía una coronita, le teñía la sangre de azul y hala, a la Tierra a gobernar humanos. Y hasta hace algunos siglos no había recibido ninguna queja. Que el rey en cuestión es sensato y piadoso, mejor. Que le gustan las titis más de lo conveniente: pues para eso es el rey y nos tuvimos que inventar el derecho de pernada. Que se le iba la mano de vez en cuando inventándose guerritas con las que entretenerse, bueno? pues qué se le va a hacer, que es el rey, ¡carape!
Pero no, eso dejó de gustaros e insististeis en volver a aquello que se inventó un tal Clístenes, en Atenas. Recuerdo que era un tipo resentido y que ideó eso de votar para jorobar a sus jefes, no os vayáis a creer. De modo que le tomasteis gusto a ir con el papelito a una caja de cristal cada cierto tiempo, y hasta hoy.
Pero vamos a ver: ¿No os dais cuenta de que eso permite que cualquier mindundi pueda mandar? Ya lo estáis viendo: se presenta a las elecciones un patán con sonrisa profidén y os abrís de piernas. Luego se lo lleva crudo a Suiza y si os he visto no me acuerdo.
Con lo bien que estaba antes. Veréis: Yo designaba una familia, les daba un cerebro de prestaciones medias –o medias-bajas, dependiendo de la época–. Les rodeaba de una buena patulea, entre hermanos, primos, cuñados? Les hacía emparentar con otras familias similares, si no menos lúcidas y –esto es muy importante– les daba varios hijos: Uno más o menos listo y el resto? bueno, del resto mejor ni hablaros, que hasta a mí me da vergüenza ajena. Por eso es muy relevante la nómina de yernos: Los hay tontos y demasiado listos. Nunca he sabido por cuales decantarme, así que he puesto un poco de los dos. Sí, hijos míos, los yernos son fundamentales en esas familias. Fijaos que hasta en familias no reales –esas que se me colaron por accidentes históricos– los yernos han sido relevantes? Recuerdo una llamada Franco –no sé si os suena– en la que el yernísimo era una pieza de cuidado: Le dio por hacer trasplantes de corazón e importar vespas sin permisos. Lo tenemos en el purgatorio (nivel cuatro) a 85 grados desde 1998, y aún le quedan siete siglos. Pues decía que los yernos son muy relevantes. Lo creáis o no –en realidad a mí me importa un arcángel que me creáis, por algo soy Dios– los yernos son los que le dan estabilidad y credibilidad a las familias reales. Y si no recordad al yerno de la reina Victoria o al de Isabel la Católica. ¿No os acordáis? Pues yo sí, caramba, ¡que por algo tengo en la cabeza a todo el Universo!
Esto me recuerda la evolución que siguió el planeta llamado Urdangeranio. También sufrió veleidades democráticas, pero tras varios milenios de oscuridad, retornó a sus orígenes –no imagináis como me rezaban pidiéndome que les enviara un mesías–. De modo que les mandé a un yerno, uno de los buenos, un pata negra. Al final el emperador Urdangeranín –que fundó la dinastía del mismo nombre– llegó a ser conocido en todos los rincones de la galaxia. Eso sí, hasta los satélites de menos de 500 kilómetros tenían que contribuir generosamente al sustento del emperador a través de una original sociedad llamada Nos y Vos. ¿Pero quién dijo que una familia real fuese barata? ¿Lo habéis leído en la Biblia acaso? Pues eso, hijos míos. Que la vida es dura. Incluso para los emperadores. Y si no preguntádselo a John Kennedy, que está en lista de espera en el nivel tres purgatorial al lado de Marilyn Monroe –sin tocar, eh!– y un tal Elvis Presley, que es pesadísimo y no para de mover la caderas y me tiene a los querubines alborotados.
Hacedme caso, hijos míos? donde haya un buen yerno? ¡que se quiten los votos!
? Y del pueblo que me decís,? llevamos una eternidad sin noticias en este Foro, que esta mas muerto que la " Esperanza" del PP de pillar cacho después de estas elecciones Yo que casi todo lo puedo, se me resisten algunas cosas que ni yo puedo, que es animar este Foro y que no traigan arena los berberechos de MERCADONA
UNO MAS