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HORCAJO DE SANTIAGO: 30 veces gracias. El fútbol nació hace 144 años en...

30 veces gracias. El fútbol nació hace 144 años en la cuna de mi amado Beckham para que pudiese existir la historia más grande jamás contada: el Real Madrid. Sólo este bendito club es capaz de nadar río arriba como los salmones, para luego llegar a la orilla con la fuerza suficiente como para gritar "CAMPEONES" en un Bernabéu extasiado, hirviendo con 80.000 cofrades agradecidos por existir para vivir noches como esta. Si pudiese multiplicarme me abrazaría ahora mismo a cada uno de ellos para compartir sus lágrimas, su fe inquebrantable, su amor puro por este escudo que convirtió en leyenda mundial un rey y señor llamado Santiago Bernabéu de Yeste. El Madrid ya ha ganado 30 ligas. En su línea. Y el ejecutor hizo honor a su condición: REYES. Este equipo ha terminado el curso con matrícula de honor, mostrando una unidad de compromiso, una firmeza mental y un poder de ejecución sólo al alcance del más grande. 30 veces gracias, campeones...

La clave. Olvídense. El orgasmo de este 17-J (Día de la Cofradía del Clavo Ardiendo a partir de ahora) se debe a mi Luci, que no sabe de fútbol pero sí de sentimientos. Me telefoneó en el descanso y me dijo muy seria: "Estoy con el peque, que lleva su bufandita del Madrid. He puesto encima de la tele un San Pancracio y un San Judas Tadeo en dirección a la portería del Mallorca. Si quieres esta Liga prométeme que los vas a nombrar en tu página. Es la única solución que os queda". No soy muy santero, pero la creí porque jamás me habló con esa seguridad. Por eso le doy las gracias por aguantarme, por sus horas de espera solitaria mientras mis adorados peñistas y un servidor encendíamos la hoguera de este título que sabe a gloria, a Séptima, a elevación a los altares de un sueño que durante tres meses han compartido con AS millones de fieles unidos por una leyenda (el Madrid) y un sueño (la Liga).

Viva áfrica. Diarra nació para jugar en el Madrid. Por eso fue capaz de dejar esa selección que lleva en el corazón (Mali) a cambio de poner su cabeza de ébano para firmar el 2-1 que se convirtió en un pasaporte hacia la gloria. Gracias, Mahamadou.

Héroes. La vida sigue, pero es imposible olvidarse de Roberto Carlos y Beckham. Se fueron por la puerta grande. La historia ha hecho justicia con ellos. Su homenaje final, con los compañeros haciéndoles reverencias como si fuesen divinidades, quedará en la memoria de todos. Tom Cruise ha hecho muchas películas, pero en Hollywood contará que en el Bernabéu vivió una historia de ciencia ficción... Pero de carne y hueso.

Alirón. Me voy a Cibeles. Allí me abrazaré con mi gran Pedja, con Calderón (¡Ramón, presidente campeón!)... ¡Y con Capello! Fabio, pase lo que pase desde ahora, gracias de corazón. La vida es bella. ¡Hala Madrid!