Menos lobos caperucita... Las terreras que hay a la izquierda y detrás del
lavadero son difíciles de pisar, muy empinadas y muy suelta la tierra. Más fácil es sentarse a la
sombra de la parra que tiene Vidal en su
huerto (o que tenía, hoy no sé). De niño mi gozo era bajar a esa
fuente, al
anochecer, montado en un mulo a darle de beber una vez que el pobre animal había finalizado su tarea. No había
agua más cercana en el
pueblo que la de La Fuente.¡Qué pena no poder mandaros cómo era la fuente y el
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