Descripción
El
convento de
San Pablo se compone de la
iglesia, edificada en la proa, como avanzando en la hoz del Huécar, el
claustro a su derecha y otra serie de edificaciones que han ido creciendo adosadas al cuerpo principal según las necesidades de las distintas órdenes que se han albergado en el convento. La iglesia y el claustro son del siglo xvi, siendo el resto de edificaciones de época posterior. El
edificio se encarama en una proa o promontorio (tipología que se conoce popularmente como "Hocino") sobre la hoz del Huécar
El fundador, Juan del
Pozo, canónigo de
Cuenca, fue enterrado en medio del crucero de la iglesia del convento, con superficie de bajo relieve de
piedra blanca. El sepulcro posteriormente fue retirado de en medio del crucero y adosado al muro de la derecha de la iglesia.
QUÉ VER EN CUENCA EN 1 DÍA
DEL
PUENTE DE SAN PABLO A LA
PLAZA MAYOR
No hay mejor manera de entrar a la Ciudad Histórica de Cuenca que hacerlo por el Puente de San Pablo. Además, por la mañana tendremos las
Casas Colgadas que se asoman a las hoces del
río Huécar alumbradas por el sol matutino, lo que realza su belleza, así como los majestuosos rascacielos del
Barrio de San Martín que también se asoman al abismo igualmente iluminados por el sol de las primeras horas del día.
Se trata de un puente bastante moderno, como podemos observar por su estructura de hierro. Nada queda del puente de piedra del siglo XVI que se derrumbó a principios de sigo XX. El diseño del puente actual es obra del valenciano José María Fuster, que se considera un discípulo de Gustave Eiffel, conocido por su famosa
torre parisina.
Desde este Puente de San Pablo las vistas del
acantilado son realmente de excepción, con la hoz del Huécar que se pierde río arriba. De hecho, en la margen izquierda del torrente y antes de cruzar el puente, merece la pena echar un vistazo al antiguo Convento de los Dominicos, convertido hoy en
Parador de Turismo. Un lugar histórico donde no nos hubiera importado alojarnos, desde luego.
Vive la
Historia. Parador de Cuenca
Sobre un promontorio asomado al río Húecar aparece, casi suspendido, el convento de San Pablo uno de los
monumentos más queridos de la ciudad por su extraordinario emplazamiento y por su activa vida cultural. Tan lejos y tan cerca de Cuenca hay que cruzar una impresionante
pasarela para llegar a él.