Cuenca conserva en su
casco antiguo un patrimonio arquitectónico rico y bien conservado, entre cuyas características destaca su integración en el marco físico. De hecho, gran parte del casco histórico es, en sí, un
mirador sobre las hoces del
río Júcar y del Huécar, un entorno natural de gran valor.
Arquitectura religiosa
Catedral de Cuenca: se empezó a construir en el siglo XII en el mismo emplazamiento en que se levantaba la mezquita aljama y representa uno de los ejemplos más tempranos del
gótico en
España. La consagró en 1208 el arzobispo Ximénez de Rada, pero no se terminó hasta 1271. Se trata de un
edificio excepcional con elementos de la transición del
románico al gótico y otros del siglo XIII y del XV. Tiene planta de
cruz latina, con tres naves y transepto.
Muestra reminiscencias del Císter en sus
bóvedas, mientras que la linterna cuadrada tiene inspiración inglesa de la
escuela anglo-normanda. Las
capillas laterales se concluyeron a partir del siglo XVI, destacando la de los Apóstoles y la del Espíritu
Santo, también llamada
capilla de los Caballeros. Al
claustro se accede por el
arco renacentista de Jamete siendo también digno de mención el Transparente, una creación barroca de Ventura Rodríguez. En 1902 se derrumbó la
Torre del Giraldillo, dañando seriamente la
fachada, tras lo cual tuvo que demolerse y se construye la actual fachada neogótica, siguiendo el mismo estilo constructivo general. El último cambio fue la instalación de las
vidrieras faltantes, realizadas por artistas contemporáneos como Gustavo Torner Junto a la catedral se sitúa el
Palacio Episcopal.
Palacio Episcopal: es contiguo a la catedral y en su interior se halla el
Museo Diocesano. El edificio no muestra ningún diseño concreto, sino que es resultado de los cambios y reformas que se han llevado a cabo desde que comenzó a construirse en el siglo XIII. Destaca la fachada, reformada en el siglo XVIII.