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BELMONTE: LAS CUATRO VELAS...

Ave María Purísima

Este saludo conocí
Siendo todavía niño
Hoy un poema decidí
Hacer con todo cariño.

Caño de la inspiración
Donde aflora el amor
Manda tú a mi corazón
La fragancia con su olor.

Ave María Purísima
Reina de cielo y tierra
De Israel castísima
Roció de alta sierra.

Manantial de mis lágrimas
Gozo del que te invoca
Buscándote voy las rimas
Con el buril en la roca.

del poeta de Belmonte

LAS CUATRO VELAS
En el ambiente había tal silencio que se podía oír el diálogo que mantenían. Las cuatro velas se estaban quemando y consumiendo lentamente.
La primera de las velas dijo:
¡Yo soy la Paz! Pero las personas no consiguen mantenerme. Creo que me voy a apagar.
Y, disminuyendo su fuego rápidamente, se apagó por completo.
Entonces la segunda dijo:
¡Yo soy la Fe! Lamentablemente a los hombres les parezco superflua. Las personas no quieren saber de mí. No tiene sentido permanecer encendida...
Cuando terminó de hablar, una brisa pasó suavemente sobre ella y se apagó.
Rápida y triste la tercera vela se manifestó:
¡Yo soy el Amor! No tengo fuerzas para seguir encendida. Las personas me dejan de lado y no comprenden mi importancia. Se olvidan hasta de aquellos que están muy cerca y les aman.
Y, sin esperar más se apagó...
De repente... entró un niño y vio las tres velas apagadas.
—Pero, ¿qué es esto? Deberíais estar encendidas hasta el final.
Al decir esto comenzó a llorar.
Entonces, la cuarta vela habló:
—No tengas miedo, mientras yo tenga fuego, podremos encender las demás velas. Yo soy ¡La Esperanza! Anímate, ten confianza y aprovéchate de mí...
El niño, con sus ojos todavía brillantes agarró la vela que aún estaba ardiendo, y encendió las demás con ilusión. Todas alzaron su luz e iluminaron su rostro, el de toda la habitación y todo lo que rodeaban; dando calor, luz, ilusión y paz.
¡Qué la ESPERANZA nunca se apague dentro de nosotros! Que podamos ser luz y calor para los demás. Y que cada uno de nosotros sepamos ser la herramienta que los demás necesitan para mantener la Esperanza, la Fe, la Paz y el Amor. ¡Y nunca, nunca olvides que la Esperanza es una virtud. Si esperas y confías todo llega!
¡Paz, Fe, Amor y Esperanza, ahora y siempre ¡¡

Paco.