A LA NIEVE
Que blanca era la nieve
y la pisaba en alpargatas
el año cuarenta y nueve
jugando de pie no ágatas.
Calados pies y calcetines
Madre, esto llega de año
en año, y no había patines
si fatigas de las de antaño.
Pero el zagal sin resfriase
finucho y nada de bufanda
asistía el contento a clase
y gustaba jugar empanda.
El siempre la vida entendió
de que es una competición
y el nunca a nadie vendió
gustándose en la medición.
El hombre se ha de templar
en ideas y en algún parecer
y saberse llegar a destemplar
aceptar, razonar y reconocer.
Hay quien duda de tu color
y dicen que no eres blanca
que tu nieve no tiene sabor
y helada ¿Quién te arranca?
Del poeta de Belmonte
Que blanca era la nieve
y la pisaba en alpargatas
el año cuarenta y nueve
jugando de pie no ágatas.
Calados pies y calcetines
Madre, esto llega de año
en año, y no había patines
si fatigas de las de antaño.
Pero el zagal sin resfriase
finucho y nada de bufanda
asistía el contento a clase
y gustaba jugar empanda.
El siempre la vida entendió
de que es una competición
y el nunca a nadie vendió
gustándose en la medición.
El hombre se ha de templar
en ideas y en algún parecer
y saberse llegar a destemplar
aceptar, razonar y reconocer.
Hay quien duda de tu color
y dicen que no eres blanca
que tu nieve no tiene sabor
y helada ¿Quién te arranca?
Del poeta de Belmonte