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BELMONTE: “””Lecturas de verano (Cuentos MANUELINOS)...

“””Lecturas de verano (Cuentos MANUELINOS)

Cuento:

“Tema: lo que le paso a un joven que se caso con una mujer muy fuerte y brava.

Una vez hablaba el conde Lucanor con Patronio y este le dijo:

Patronio, un amigo mío tiene un hijo que se quiere casar con una mujer que es más rica que el, y es muy honrada, y que el casamiento le traera buenos dividendos y será muy bueno para el en cuanto a la parte económica se refiere, y sin embargo hay un inconveniente, el inconveniente es el siguiente, me dijo este amigo mio que le habían dicho que esta mujer era muy fuerte y la mas brava del mundo, ahora te pido que me aconsejes lo que le tengo que decir a este amigo mio cuando venga a que le diga mi parecer sobre esta cuestión de querer casar a su hijo con esta clase de mujer.

Nunca te arriesgues donde puedas tener desgracias
Aunque tu amigo te lo asegure dándote las gracias.

Señor Conde Lucanor – dijo Patronio – si el, fuese como el hijo de un hombre bueno que era moro, aconsejadle que se case con ella, más si no fuera así, no puedo aconsejarle que se case con esta mujer que me dices, porque si el quiere ser feliz y ser el que mande en su casa con esta clase de mujer aunque sea muy honrada se corre el riesgo de descasarse tan pronto como llegue el primer enfado.

El conde le rogó que le dijese como era aquello.

Patronio le dijo que en una Villa había un hombre bueno que tenia un hijo, y que era el mejor muchacho que había en aquella Villa, más no era tan rico que pudiera llevar a buen termino lo que se proponía y tan grande era su corazón que el quería llegar a casarse, no obstante llevaría gran cuidado a pesar de la buena voluntad aunque no tenía gran poder económico.

En aquella Villa había otro hombre muy honrado y que era el más rico y que tenia una hija sola, que era muy contraria en el modo de pensar del joven la quería, y todo lo que de buenas manera había en aquel joven, tantas las había en la hija malas y enrevesadas del hombre bueno, por donde nadie quería casarse con aquella muchacha que parecía un diablo.

Pero aquel buen mancebo vino un día a su padre y le dijo que bien sabía el que su padre no era rico que pudiera darle todo lo que el quisiera para vivir honradamente y que le convenía hacer vida austera y recatada o marchar de aquella tierra a probar fortuna pero que pensándolo bien podría intentar de casarse en la villa con una mujer que aportase fortuna al matrimonio. Y al padre le pareció muy bien esta idea.

Entonces le dijo al hijo que si el quisiera que podría intentar de hablar con aquel hombre bueno que tenía una hija sola y pedirla para que se casase con el. Cuando el padre oyó esto quedo maravillado y le dijo a su hijo que intentaría todo para que se llevara acabo esta boda y poniendo empeño para hablar con su amigo que era padre de la muchacha para concertarla boda si el también estaba de acuerdo.

Pero el hombre bueno cuando oyó la petición de su amigo le dijo por Dios amigo mío si yo hiciera esto seria quererte mal a ti y a tu hijo por que mi hija es mala y brava, y a tu hijo le haría la vida imposible es por esto por lo que yo no quiero que tu hijo se case con mi hija pues por otra parte me gustaría mucho de que fuésemos familia, pero que si tu hijo esta empeñado en casarse con mi hija puede hacerlo pero que no se preste a engaño pues que sepa que ya esta advertido de cómo es mi hija.

El casamiento se celebro llevando la novia en casa del marido.

Los moros tienen por costumbre de prepara la cena a los recién casados, dejársela encima de la mesa y marcharse hasta otro día, y así lo hiciera entonces. Pero estaba los padres y las madres y los parientes del novio y de la novia con mucho recelo y cuidado para ver que pasaba a otro día porque esperaba que la novia matara al novio.

Luego que los recién casados se quedaron solos en casa, asentaron se a la mesa y antes de que empezase hablar, el novio miro alrededor de la mesa y vio un perro y dijo le bastante airado al perro.

¡Perro danos agua para lavarme las manos!

El perro no lo hizo, entonces el novio empezó a lanza improperio contra el perro diciéndole otra vez perro danos agua para las manos, y el perro no lo hizo y viendo que el perro no hacia lo que le mandaba se levanto muy enfadado de la mesa y saco la espada y se dirigió al perro. Cuando el perro lo vio contra el, comenzó a huir pero el empezó a ir tras el perro, dando saltos por todo cuanto había en el comedor y por la mesa hasta que llego alcanzarlo y entonces le corto la cabeza las piernas y los brazos y los hizo pedazos ensangrentando toda la casa la mesa y la ropa.

El joven muy enfadado y todo ensangrentado, se volvió a sentar a la mesa y mirando otra vez al derredor vio un gato y le dijo al gato que le trajese agua para lavarse las mano, y porque no lo hizo le dijo:

¡Como Don gato eres un traidor! Es ¿que no vistes lo que hice al perro porque no quiso hacer lo que yo le mandaba? Juro por Dios que si ahora mismo no me traéis agua para lavarme las manos te haré lo mismo que al perro le hice.

El gato no lo hizo, porque tampoco tenia por costumbre de traer agua para que su amo se lavara las manos como el perro. Y por no hacer esto se levanto de la mesa temblándole las piernas y cogiendo con las manos al gato lo estrello contra la pared, haciéndolo pedazos y haciéndolo con mas saña que lo había hecho con el perro.

Y así bravo y enfadado y haciendo muy malos gestos volviéndose a la mesa y se asentó mirando a su alrededor- Su mujer que vio lo que su marido había hecho creyó que su marido estaba loco o fuera de razón pero no le dijo nada a su marido.

Después que el marido hubo mirado por todo su alrededor vio un caballo que tenía en su casa, y que no tenia más caballo que aquel y le dijo muy alterado que le trajese agua para lavarse las manos. El caballo no lo hizo.

Después que vio que el caballo no lo hizo

¡Como, Don Caballo! Cuidado que no tengo otro caballo, que por eso os dejo si no haces lo que yo os mando, pero guardaros que si por vuestro empecinamiento no queréis hacer lo que yo os digo, yo juro por Dios que del mismo modo que perdieron la vida tus amigos así mismo la perderás tu y no hay cosa que en el mundo viva que yo le manda una cosa y que no la hago.

El caballo al oír todo lo que su amo decía se quedo quieto, y el amo viendo que no hacia lo que el le había mando fue y le corto la cabeza y después lo corto a pequeños pedazos.

Cuando la mujer vio que había matado al caballo, no teniendo otro y que el marido haría con los demás los mismos si no le obedecían, vio que lo que su marido hacia no lo hacia por juego y cogiendo tan gran miedo que no sabia si estaba muerta o viva.

Y viendo a su marido tan bravo y mal humorado que tenia las manos ensangrentadas y que volvía otra vez a sentarse a las mesa jurando por mil caballos, hombres y mujeres que hubiera en casa que no obedecieran lo que el mandaba porque haría con ellos lo que había hecho con los animales

Y estando sentado el marido en la mesa volvió a mira alrededor de ella y no vio ningún animal entonces miro a su mujer con cara de mala leche y teniendo la espada en la mano.

Levantaos y traerme agua para lavarme las manos le dijo a su mujer.

La mujer que no esperaba otra cosa sino que la despedazaría toda, levantándose muy aprisa le trajo agua para lavarse las manos, y dijo el:

¡Ah, como agradezco a Dios porque has hecho lo que yo os mande, pues de no haberlo hecho pues hubiera hecho contigo los mismo que hice con los demás animales.

Después mandote que le diese de comer y ella así lo hizo

Y cada vez que su marido le decía alguna cosa, ella pensaba lo que le había pasado a los otros y le faltaba tiempo para dejar lo que estaba haciendo y acudir a lo que su marido le mandaba

A la mañana siguiente fueron a la puerta de los recién casados padres, vecinos y demás familia temiéndose lo peor porque no se sentía ningún ruido en la casa y pensaron de que el novio estaría muerto porque vieron en la puerta a la novia y no al novio.

Cuando ella los vio que estaban en la puerta yendo muy despacio y con mucho miedo y comenzó a decirles.

Locos traidores ¿Qué hacéis o como os atrevéis a llegar a la puerta mía y vocear? Callad si no todos, también vosotros como yo, todos seremos muertos.

Cuando esto oyeron todos los presentes se quedaron maravillados, y de que supieron todo lo que había pasado, felicitaba al marido porque había hecho cumplir a su mujer con el deber de esposa.

Desde aquel día en a delante, fue aquella una mujer muy obediente y muy feliz con su marido.

A los pocos días su suegro quiso hacer lo que había hecho su yerno, y empezó de aquella manera primero mató y dijo le la mujer al marido.

Por mi fe esposo mío tarde os acordaste, ya que aunque mataras cien caballos que hubiera en los establos y volvieras a comenzar ya tu y yo nos conocemos bastante bien.”””””

Moraleja:

Si al comienzo no muestras quien eres
Nunca podrás después, cuando quisieres.