A Benedicto XVI
El otro día lo defendía
Sin apenas conocerle
Y sin saber mi suerte
Detuve al que maldecía.
El ser humano presume
De quererlo todo saber
Mirando siempre su haber
Y su debe no lo resume.
Los hay que nunca blasfeman
Y dicen no ser creyentes,
Pero son hombres decentes
Aunque a Dios nunca le teman.
Pues dotados de su razón
Con el común del sentido
Agudizando siempre su oído
Llegando siempre al corazón.
del poeta de Belmonte
El otro día lo defendía
Sin apenas conocerle
Y sin saber mi suerte
Detuve al que maldecía.
El ser humano presume
De quererlo todo saber
Mirando siempre su haber
Y su debe no lo resume.
Los hay que nunca blasfeman
Y dicen no ser creyentes,
Pero son hombres decentes
Aunque a Dios nunca le teman.
Pues dotados de su razón
Con el común del sentido
Agudizando siempre su oído
Llegando siempre al corazón.
del poeta de Belmonte