A la Virgen del Carmen* en su día
Cuando recuerdo mi pasado
y quiero vivir mi presente
después de haberme lavado
oración hago como creyente.
Recogido en mi interior
me ayudo de la imaginación
y me olvido de lo exterior
fijándome en mi atención.
Esto lo aprendí siendo niño
y guste de lugar silencioso
mis ojos cerré con un guiño
viendo un lucero precioso.
Y con mi barco de espuma
no más grande que una nuez
navegue al aire de mi pluma
y a puerto llegue a mi vejez.
Sigo rezando la salve marinera
a mi Virgencita del Carmen
llevándole flores en primavera
y que su fuerza sople mi velamen.
Del poeta de Belmonte
Cuando recuerdo mi pasado
y quiero vivir mi presente
después de haberme lavado
oración hago como creyente.
Recogido en mi interior
me ayudo de la imaginación
y me olvido de lo exterior
fijándome en mi atención.
Esto lo aprendí siendo niño
y guste de lugar silencioso
mis ojos cerré con un guiño
viendo un lucero precioso.
Y con mi barco de espuma
no más grande que una nuez
navegue al aire de mi pluma
y a puerto llegue a mi vejez.
Sigo rezando la salve marinera
a mi Virgencita del Carmen
llevándole flores en primavera
y que su fuerza sople mi velamen.
Del poeta de Belmonte