Reflexión
Hoy cinco de Marzo del dos mil veinticinco es un día para mí de recuerdo del fallecimiento de mi esposa, y veo como el tiempo es un viajero que no se detiene y el nos va recordando las fechas que se van los seres queridos de nuestro lado.
Aunque es ley de vida y la muerte es el último paso quedamos en esta vida al más allá siempre y cuando tengamos fe, pero el recuerdo permanece en los que nos quedamos de los que un día se fueron, y eso es lo que a mi este día cinco de marzo tengo presente la ida de mis esposa, y como llame a mis hijos que todavía dormían con la frase que “Madre a Muerto”.
Esta misma frase dirán cuando un servidor deje este mundo, ”Padre a Muerto”, pues un servidor nunca había visto la muerte tan cerca como fue la muerte de mi padre y de mi esposa y como se van para siempre y luego lo único que nos queda a los que quedamos es el recuerdo de ellos. A mi madre no la vi morir por que no estuve presente por la distancia que había, aunque se la vi de cuerpo presente.
Y es una ida que nunca se esta uno suficientemente preparado, pero cuando llega es una realidad la muerte, y aquí se nos van las prisas y dejamos todo cuanto estamos haciendo, no nos llevamos nada más que lo puesto y que nos pusieron cuando nos amortajaron.
Creo que si tuviésemos presente siempre que la muerte nos puede sorprender en cualquier momento viviríamos la vida con más autenticidad, pero los hombres quieren disfrazar la muerte con los placeres de la vida y han creado un lema de disfrutemos del momento porque no sabemos cuándo moriremos.
Cada persona se consuela con sus sentimientos no hay otra manera de hacerle frente a tal desenlace, cuando un ser querido se nos va de nuestro lado, pues ya han pasado trece años y el recuerdo permanece en mi memoria como si lo estuviese viviendo al presente, aunque mi ánimo no sea el del día que lo presencien en vivo. Pues ahora tengo otro ánimo, aunque guarde el recuerdo de aquel fatal día.
Un servidor no ha vuelto a casarse y creo que he acertado, para no entrar en mi casa otra mujer y darle libertad a mis hijos ya que otra persona no hubiera encajado o eso es lo que yo pienso que hubise pasado, claro que también hay hombre que no se avienen a estar solos y buscar otra mujer, pero yo ya estaba jubilado y supe hacer frente ayudado por mi hija a los que haceres de la casa y llevo bastante bien la viudedad.
06-01-54 – 05-03-2012
E-D.
Hoy cinco de Marzo del dos mil veinticinco es un día para mí de recuerdo del fallecimiento de mi esposa, y veo como el tiempo es un viajero que no se detiene y el nos va recordando las fechas que se van los seres queridos de nuestro lado.
Aunque es ley de vida y la muerte es el último paso quedamos en esta vida al más allá siempre y cuando tengamos fe, pero el recuerdo permanece en los que nos quedamos de los que un día se fueron, y eso es lo que a mi este día cinco de marzo tengo presente la ida de mis esposa, y como llame a mis hijos que todavía dormían con la frase que “Madre a Muerto”.
Esta misma frase dirán cuando un servidor deje este mundo, ”Padre a Muerto”, pues un servidor nunca había visto la muerte tan cerca como fue la muerte de mi padre y de mi esposa y como se van para siempre y luego lo único que nos queda a los que quedamos es el recuerdo de ellos. A mi madre no la vi morir por que no estuve presente por la distancia que había, aunque se la vi de cuerpo presente.
Y es una ida que nunca se esta uno suficientemente preparado, pero cuando llega es una realidad la muerte, y aquí se nos van las prisas y dejamos todo cuanto estamos haciendo, no nos llevamos nada más que lo puesto y que nos pusieron cuando nos amortajaron.
Creo que si tuviésemos presente siempre que la muerte nos puede sorprender en cualquier momento viviríamos la vida con más autenticidad, pero los hombres quieren disfrazar la muerte con los placeres de la vida y han creado un lema de disfrutemos del momento porque no sabemos cuándo moriremos.
Cada persona se consuela con sus sentimientos no hay otra manera de hacerle frente a tal desenlace, cuando un ser querido se nos va de nuestro lado, pues ya han pasado trece años y el recuerdo permanece en mi memoria como si lo estuviese viviendo al presente, aunque mi ánimo no sea el del día que lo presencien en vivo. Pues ahora tengo otro ánimo, aunque guarde el recuerdo de aquel fatal día.
Un servidor no ha vuelto a casarse y creo que he acertado, para no entrar en mi casa otra mujer y darle libertad a mis hijos ya que otra persona no hubiera encajado o eso es lo que yo pienso que hubise pasado, claro que también hay hombre que no se avienen a estar solos y buscar otra mujer, pero yo ya estaba jubilado y supe hacer frente ayudado por mi hija a los que haceres de la casa y llevo bastante bien la viudedad.
06-01-54 – 05-03-2012
E-D.