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Historieta:

Aquella mañana como tantas otras había salido aquel jovenzuelo en compañía de unos amigos, pero esta vez contratados como ojeadores para una gran cacería que se iba a realizar en una finca llamada la VEGUILLA.

Pues iban en grupo montados en sus bicicletas, y algunos ya tenían la experiencia de haber ido otras veces, y estos comentaban como les había ido las veces anteriores en singulares cacerías.

Ya tenían fijando el lugar donde dejarían las bicicletas que era una casa semi-abandonada, y que había sido propiedad de un tal Primitivo, pues desde allí partieron donde les estaban esperando los Guardas Jurados, que era exactamente la mojonera o línea divisoria que iba marcando los limites de la finca, y que era el lugar donde arrancaría el inicio del primer ojeo.

Pues el ojeo consiste en distanciarse de donde están apostados los cazadores y volver hacia ellos formando un abanico abierto (o fila india) por los ojeadores que van dando voces para levantar la caza dando lugar a que las piezas entre donde están los cazadores apostados, esperando que esta lleguen para disparar y cobrar las piezas.

Pues los ojeadores se paran a una distancia prudencial donde no llegan los tiros de las escopetas, y una vez concluido este ojeo se vuelve a repetir la acción desde otro ángulo y así sucesivamente hasta terminar el día.

Entonces una vez terminado el ojeo los guardas pagan religiosamente a los ojeadores por el precio que hayan sido contratados, y estos vuelven al sitio donde han dejado por la mañana las bicicletas y retornan al pueblo, y lo hacen casi siempre contentos porque han cobrado.

Los hay también valientes que por algún motivo han tenido ocasión de coger alguna pieza y la han escondido con el fin de recogerla una vez se haya terminado el ojeo, pues se dio el caso que el JOVENZUELO de la leyenda dado a su poca experiencia y su exceso de confianza se frió de unos amigos, y como él había escondido alguna pieza se quedo con ellos para recogerla tras haber terminado el ojeo.

No sabiendo cuál era el pensamiento de los que decían ser sus amigos, pues al terminar de recoger lo que habían escondido y juntarse otra vez para volver al pueblo sus dos amigos le dijeron que ellos aquella noche se quedarían en la casa del guarda, que por cierto la mujer de este era hermana de uno de los amigos.

Entonces el jovenzuelo de esta HISTORIETA comprendió lo que le tocaba y era el volver al pueblo sólo, pero se dio las circunstancias que se despidió de sus amigos y se fue a recoger la bicicleta donde la había dejado por la mañana en la casa de PRIMITIVO.
Pues a todo esto era entrada la noche, y se encontraba en mitad del monte y este cerrado por la cantidad de leña que había en especial chaparro y maraña, y que el no conocía y se desoriento, y estuvo andando mucho tiempo y siempre volvía al lugar donde había salido cuando se despidió de sus amigos.

Esto le llevo a pensar que estaba perdido, pero no tuvo miedo porque aparte de tener dieciocho años era valiente y decidido, y en vez de ir a la casa donde habían quedado sus amigos, esta le sirvió para orientarse en la dirección que estaba su pueblo, cosa que pensó por la mañana cuando llego.

Pues partiendo de esta orientación empezó a subir y bajar cerros, hasta que llegó a un otero que habían una casa que le decían la MORRA y que él reconoció llevándose una gran alegría, pues el se dijo en su interior ya estoy en mi casa.
Efectivamente que llegó a su casa donde lo estaban esperando sus padres y primos que iban a salir a buscarlo, por creer que le había pasado algo.

Cuando el JOVENZUELO relato lo que le había pasado se llevo la reprimenda de su padre. El cual le amonesto que en adelante no debía de ser tan confiado con los amigos.

Es bueno dejar atado
La acción a realizar
para poder localizar
y así, ser encontrado
Estas cacerías se hacen cuando se abre la veda por el mes de Noviembre,