El caballero de la Triste Figura
En el trasfondo de las páginas del Quijote, están las vivencias diarias y amargas de su autor: soldado y aventurero, mutilado de guerra, cautivo y final mente escritor famoso en su madurez. Y en el año 1613, después de una reflexión profunda se encuentra con su vocación cristiana y solicita el poder profesar en la ORDEN FRANCISCANA.
Don Miguel de Cervantes Saavedra, va a encontrar la fórmula para proyectar todas las experiencias de sus vivencias, ideales, y desengaños en una creación sin igual fruto del genio en su periodo más álgido, y que con sus facultades creativas da vida a mas de cincuenta personajes de la época desarrollado sus labores cotidianas.
Don Quijote es un hombre bueno que vivía en la MANCHA, tierra hospitalaria, llanuras inmensas de las cuales dice el refranero que hay: “tres meses de invierno y nueve de infierno” una comarca que el escritor conoce muy bien a sus gentes, sus mesones y la tranquilidad de las noches manchegas en las que era costumbre rezar el santo rosario y hacer muchas labores al lado del fuego de la chimenea.
Para matar el tiempo el tal Don Quijote le dio por leer libros y estos de caballería que acabaran comiéndole el coco y a ponerse un poco LOCO.
Este hombre bueno que era Don Alonso Quijano, vemos que se transforma en Don Quijote el caballero de la TRISTE FIGURA, un caballero errante figura anacrónica y ridícula en el siglo XVII (por su vestimenta no por sus ideales) a este caballero le quiso acompañar un labriego llamado Sancho Panza al cual Don Quijote tomo como escudero, este escudero era hombre sencillo, pero que pensaba con los pies en la tierra, y no estaba exento de interés, aunque veía las andanzas de su amo, pero era bastante crédulo y esperaba que algún día Don Quijote le diera un cargo de gobernador.
Después de pasar por Barcelona, Don Quijote vuelve a su pueblo de la MANCHA, donde finalmente recupera el seso y muere cristianamente, después de recibir con fe y estando lucido el sacramento de la confesión
28-02-05
En el trasfondo de las páginas del Quijote, están las vivencias diarias y amargas de su autor: soldado y aventurero, mutilado de guerra, cautivo y final mente escritor famoso en su madurez. Y en el año 1613, después de una reflexión profunda se encuentra con su vocación cristiana y solicita el poder profesar en la ORDEN FRANCISCANA.
Don Miguel de Cervantes Saavedra, va a encontrar la fórmula para proyectar todas las experiencias de sus vivencias, ideales, y desengaños en una creación sin igual fruto del genio en su periodo más álgido, y que con sus facultades creativas da vida a mas de cincuenta personajes de la época desarrollado sus labores cotidianas.
Don Quijote es un hombre bueno que vivía en la MANCHA, tierra hospitalaria, llanuras inmensas de las cuales dice el refranero que hay: “tres meses de invierno y nueve de infierno” una comarca que el escritor conoce muy bien a sus gentes, sus mesones y la tranquilidad de las noches manchegas en las que era costumbre rezar el santo rosario y hacer muchas labores al lado del fuego de la chimenea.
Para matar el tiempo el tal Don Quijote le dio por leer libros y estos de caballería que acabaran comiéndole el coco y a ponerse un poco LOCO.
Este hombre bueno que era Don Alonso Quijano, vemos que se transforma en Don Quijote el caballero de la TRISTE FIGURA, un caballero errante figura anacrónica y ridícula en el siglo XVII (por su vestimenta no por sus ideales) a este caballero le quiso acompañar un labriego llamado Sancho Panza al cual Don Quijote tomo como escudero, este escudero era hombre sencillo, pero que pensaba con los pies en la tierra, y no estaba exento de interés, aunque veía las andanzas de su amo, pero era bastante crédulo y esperaba que algún día Don Quijote le diera un cargo de gobernador.
Después de pasar por Barcelona, Don Quijote vuelve a su pueblo de la MANCHA, donde finalmente recupera el seso y muere cristianamente, después de recibir con fe y estando lucido el sacramento de la confesión
28-02-05