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BELMONTE: El fuego...

El fuego

No quiero cerrar el año sin hacer una encendida alusión a una METAFORA de nuestro muy querido e ilustre paisano Fray Luís de León, de esta villa de Belmonte de Cuenca, tan visitada en la actualidad por tantos que llegan a ella desde todas partes de la geografía ESPAÑOLA para ver y contemplar de cerca todos su patrimonio histórico, y que la piedras hablan de el, hay una frase en las Sagradas Escritura la cual dice “ Si alguna vez los hombres se olvidan de hablar de Dios hablarían de EL las piedras”.

Pues a la villa de Belmonte le pasa otro tanto parecido que son las piedras de sus monumentos las que nos están hablando de un tiempo de grandeza de su historia que no es otra que la historia de Castilla, pues de aquí de estas tierras salio la princesa Doña Juana Manuel, (hija del Infante de Don Juan Manuel), para contraer matrimonio con don Enrique de Trastamara el que fuera rey de Castilla, después de llevar a cabo el regicida de su hermano el rey Don Pedro I.

Pero siguiendo con el FUEGO.

<< Y acontece dice con palabras que tienen fulgor de estrellas extasiadas y ardor de ascuas recogidas cuando a este propósito, al alma con Dios, como al madero no bien seco, cuando se le avecina el fuego, le aviene. El cual, así como se va calentando del fuego y recibiendo en sí su calor, así se va haciendo sujeto apto y dispuesto para recibir más calor, y lo recibe de hecho. Con el cual calentado, comienza primero a despedir humo de sí y a dar de cuando en cuando algún estallido, y corren algunas veces gotas de agua por él; y procediendo en esta contienda y tomando por momentos el FUEGO con él mayor fuerza, el humo que salía se enciende de improviso en llama que luego se acaba; y donde a poco se torna a encender otra vez y a apagarse también, y así hace la tercera y cuarta; hasta que al fin el FUEGO, ya lanzado en lo intimo del madero y hecho señor del todo él, sale todo junto y por todas parte afuera, levantando sus llamas, las cuales, prestas y poderosas y a la redonda bullendo, hacen parecer un fuego el madero>>.

Hemos de decir de esta observación que hace el maestro que ahora que el nos la descubre la entendemos cuantas veces hemos observado esto nosotros cuando en la lumbre hemos echado alguna cepa de la viña que sacamos por estar seca.

Nosotros hemos visto llora la cepa cuando esta se ha calentado antes de empezar a salir la llama. Pero no hemos sabido crear la METAFORA alrededor de la observación.

Y es como muy bien nos dice San Agustín en el libro de sus Confesiones: ¿porque manifestándose a todos por igual la naturaleza para unos se manifiesta habladora y para otras opaca?, o es que algunos saben interrógala y los otros no.

Pues la máxima ya nos dice que el que pregunta domina, y el que responde obedece.

Todo esto sale de la conversación que ayer mantuvimos mi amigo Alex Río y un servidor.