Compramos energía a futuro

BELMONTE: Reflexión...

Reflexión

El calor

Recordamos los calores o la calor, que pasamos en nuestra juventud tanto en el rastrojo, como en la era, pues me acuerdo que uno estaba esperando que pasara el aire para darse un respiro, pero el calor se aguantaba bien y es que por aquel tiempo no había otra cosa que el abanico. Pero el hombre de campo lo tenía que aguantar desde la mañana a la noche que siempre refrescaba. Y la gente salía a tomar el fresco en la puerta de su casa asentado en la silla o sentado en la acera en todos no había televisión.

Cuando estuve en la aldea todavía nos quedaba un mes de era, porque llegaba hasta la Virgen de Agosto que tiempo aquellos, en los cuales la mayorala hacia un buen pan en el horno de leña y por la mañana nos hacía una salsa de cebolla a la cual le echaba un conejo frito, pero éramos diez o doce comensales al rededor de la sartén y las tajadas del conejo empezaban a dar vueltas por la sartén y uno tenía que estar preparado para cuando pasara por su lado para cazar la tajada.

Que tiempos aquellos, pues veníamos a mudarnos al pueblo cada semana los sábados y volvíamos por la mañana en la bicicleta, pues menos peso tenía que ahora pero estaba en la flor de la vida y con ganas de vivir pues siempre suspiraba uno por alguna moza del pueblo.

Pero me acuerdo de que subían cuadrillas de segadores de Socuéllamos con sus esposas y sin tenían algún niño pequeño traían sus niñeras y les hacían un sombrajo para que estuviera a la sombra. Todos dormían y comían en el rastrojo, algo hemos avanzado en este terreno pues hoy hay cosechadoras que los hacen todo pero los hombre que van en ellas también tienen que aguantar el calor.

20.07-24