BELMONTE: Reflexión...

Reflexión

Señor, has que ame de corazón a todos los que me rodean mientras espero agradecido la vuestra abrazada de bienvenida que me llena de paz y de vida.

Los hombre buscamos la paz, pero a los primero que tenemos que amar son a los más cercanos que viven con nosotros y este amor debe de ser de corazón, porque los que viven más cercanos a nosotros ellos nos pueden dar paz y esto es de agradecer, porque tiene un valor incalculable es la riqueza más grande que los hombre podemos desear vivir en paz con nosotros mismos y con todos aquellos que nos rodean.

No es fácil esta paz y lo vemos en la vida cotidiana personas que lo tienen todo en esta vida y sin embargo les falta esta paz y no encuentran el sosiego tan deseado para vivir, su vida se convierte en un infierno y es que las personas no se conforman con llevar una vida recta y disfrutar de todo lo bueno que les ha dado la vida, y quieren descarriarse y buscar el placer en otros lugares y luego no pueden regresar a la situación que antes vivieron.

La vida del creyente tiene sus ventajas porque sabe perdonar, pero también requiere el querer ser perdonado y esto se encuentra por el camino del amor, pero el amor puesto en Dios que es el único que puede perdonarnos de nuestras culpas cuando hay un verdadero arrepentimiento.

El hombre creyente es un hombre que espera el abrazo último con Dios y que de este no se va a librar nadie, porque el es el que nos va a recoger después que dejemos esta vida terrenal. Pero mientras este abrazo no llega hemos de procurar vivir en paz con todos aquellos que nos pueden hacer la vida agradable. Y nosotros hemos de colaborar para que la vida sea también agradable a ellos.

20-04-24