BELMONTE: La nuera y el suegro...

La nuera y el suegro

Había cierto hombre, buena gente por cierto, que tuvo la desgracia de quedarse viudo y pasaba por un mal momento, porque la nuera que había estado una temporada ayudándole en la limpieza de la casa cambio de parecer y le retiro la colaboración que prestaba al principio.

La nuera era trabajadora pero muy interesada, y aquel hombre que era bastante inteligente sabia de que pie cojeaba su nuera, y le dio por preparar un baúl que tenia en el desván y le echo un buen candado aparte de la cerradura que ya tenía.

Todos los días bajaba paseando hasta el río y cogía un guijarro y cuando llegaba a su casa subía al desván y abría el baúl y lo depositaba allí, un día la nuera observo a su suegro y le pico la curiosidad de lo que allí podía tener su suegro.

Entonces el suegro le dio por poner en el baúl una inscripción que rezaba así: “ Cuando yo deje este mundo, la única que tiene derecho a quedarse con lo que hay en el baúl es mi querida nuera”, desde aquella hora en adelante la nuera ayudaba en todas las labores de la casa a su suegro, porque esperaba ser recompensada a la muerte de su suegro, la muy interesada.

Cuando se produjo el óbito del suegro lo primero que hizo la nuera es quitarle a su suegro las llaves que llevaba en el cuello con una cadena, y presta subió al desván para abrir el baúl y cual fue su asombro que allí no había otra cosa que los guijarros que su suegro había traído del rió.

La moraleja la tiene que sacar el que esto lea.