BELMONTE: Las apariencias suelen Engañar...

Las apariencias suelen Engañar

Había una vez un señor que a pesar de su edad, conservaba un espíritu bastante jovial, y este buen hombre era miembro honorario en un ambiente religioso, el cual frecuentaba asiduamente colaborando en los trabajos y asistiendo a las tertulias, y siempre con su buen humor.

Cierto día fue al aeropuerto, porque venia en el avión una hija que estaba trabajando en los Estados Unidos, y cuando se vieron se abrazaron muy efusivamente como lo que eran padre e hija, y que no se habían visto desde hacia tiempo.

Pero mire usted por donde aquel día había por el aeropuerto un ave fría, y aquel saludo entre padre e hija lo interpreto mal, y la cosa no paro allí, sino que tuvo la mala saña de ir extendiéndolo lo que había visto, pero de una forma malévola manchando la reputación de aquel padre que había ido al aeropuerto a esperar a su hija.

El individuo cuando se sintió descubierto en su mala fe tuvo que admitir que se había equivocado, y pidió perdón, pero el mal ya estaba hecho.