Reflexión
“En una noche oscura con ansias en amores inflamada, Oh dichosa ventura, Sali si ser notada estando ya mi casa sosegada (San Juan de la Cruz”
Vemos que el vinculo del amor es lo más fuerte que se puede dar entre los amante hombre y mujer, cuando están juntos no se cansan de estar el uno con el otro, y si por motivo se han de separar.
Están siempre que tiene un lugar de ocio lo dedican, ha pensar en la persona amada, y es que cuando las personas se enamoran suelen dejar muchas cosas que antes les atraía para dedicar más tiempo a la persona amada.
Vemos también el amor de las personas consagradas a Jesucristo que dejan los placeres del mundo y se dedica al prójimo en obras de caridad, también hay personas que en plena juventud se entregan a la oración y entran en clausura por vocación y vemos que viven felices alejadas del mundanal ruido.
La vida conventual esta llena de privaciones y solo esto lo puede aguantar el que se entrega a Jesucristo y lo tiene como esposo y de otra manera sería insoportable la vida en clausura.
Cuando el amor es sincero se entrega y busca agradar al amado, y cuando por cualquier motivo llega la infidelidad se alejan la más posibles, el uno del otro para no poderse encontrar y donde hubo amor ahora hay indiferencia.
08-04-24
“En una noche oscura con ansias en amores inflamada, Oh dichosa ventura, Sali si ser notada estando ya mi casa sosegada (San Juan de la Cruz”
Vemos que el vinculo del amor es lo más fuerte que se puede dar entre los amante hombre y mujer, cuando están juntos no se cansan de estar el uno con el otro, y si por motivo se han de separar.
Están siempre que tiene un lugar de ocio lo dedican, ha pensar en la persona amada, y es que cuando las personas se enamoran suelen dejar muchas cosas que antes les atraía para dedicar más tiempo a la persona amada.
Vemos también el amor de las personas consagradas a Jesucristo que dejan los placeres del mundo y se dedica al prójimo en obras de caridad, también hay personas que en plena juventud se entregan a la oración y entran en clausura por vocación y vemos que viven felices alejadas del mundanal ruido.
La vida conventual esta llena de privaciones y solo esto lo puede aguantar el que se entrega a Jesucristo y lo tiene como esposo y de otra manera sería insoportable la vida en clausura.
Cuando el amor es sincero se entrega y busca agradar al amado, y cuando por cualquier motivo llega la infidelidad se alejan la más posibles, el uno del otro para no poderse encontrar y donde hubo amor ahora hay indiferencia.
08-04-24