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BELMONTE: RETABLO DE HOMBRES QUE BUCEARON EN EL CONOCIMIENTO...

RETABLO DE HOMBRES QUE BUCEARON EN EL CONOCIMIENTO DE “DIOS”

Sócrates: nació en Atenas en el año 469 a. de C. Aunque nada escrito dejó de sus enseñanzas, poseemos dos fuentes fidedignas de noticias sobre ellas: Platón y Jenofonte, discípulos suyos y admiradores del insigne Maestro.

Platón: nació en Atenas hacia el año 427 a. de C.
El trato con Sócrates hizo de él un excepcional, altísimo filósofo. Fundó la famosa y tan acreditada Academia, y murió octogenario en el año 347 a. de C.

Aristóteles: es el más ilustre discípulo de Platón. Nació en Estagira, ciudad de la costa macedónica en 383 a. de C. y murió en 322. Su lenguaje sublime y casi sagrado nos recuerda el de los grandes Profetas bíblicos.

Plutarco: podrás viajar por diversos países y encontrar ciudades sin murallas, sin literatura, sin leyes, pero no encontraras ninguna sin templos, sin dioses, sin oraciones y juramentos.

Marco Julio Cicerón: el gran orador romano. No hay ciudad sin Religión porque la misma naturaleza lleva al hombre a venerar a Dios.

Lucio Anneo Séneca: dice a su vez: “Todo hombre tiene el conocimiento de Dios y jamás ha habido un pueblo tan fuera de toda ley moralidad que no crea en él.

Linneo Nació en 1707 en Suecia y se dedicó especialmente al estudio de las plantas o reino vegeta, ciencia que recibió después el nombre de Botánica. Hombre amante de la naturaleza. Da gracias a Dios por el gozo que había experimentado en la contemplación de la obras salidas de las manos del Creador y pide humildemente perdón por si algo no acertó a comprender.

Copérnico. Es natural de Polonia y nació en 1473. Su libro más famoso es el: De rebolucionibus orbium caelestium. En él prueba la esfericidad de la Tierra, expone sus movimientos y la rotación de todo el sistema solar. Para conocer la religiosidad de Copérnico, basta recordar aquellas palabras suyas. “Si existe una Ciencia que eleve el alma del hombre y la remonte a lo alto en medio de las pequeñeces de la Tierra, es la Astronomía….,

Kepler. Nació en Alemania en 1571. Ya desde joven se dedicó a la Astronomía sobre la que escribió varios tratados. Se adhirió a la teoría heliocéntrica de la que juntamente con Galileo fue uno de sus más fuertes puntales. Respecto de sus ideas religiosas es famosa la afimarción que en uno des sus escritos dejó consignada: “ Día vendrá en que podremos leer a Dios en la Naturaleza como lo leemos en las Sagradas Escrituras”.

Adolfo Hirl. Gran anatomista, afirmaba hace unos años su viva convicción y fe en Dios con estas palabras: “ La existencia de Dios es la última palabra de la ciencia y aun me atrevería a llamarle matemática”.

Herschel: “ Cuanto más se agranda el campo de la ciencia, más necesaria aparece la existencia de una inteligencia creadora: geólogo, matemáticos, astrónomos, naturalistas.. Todos han aportado su piedra al gran templo de la ciencia que es el templo elevado a Dios”.

David Umfri. Uno de los sabios que más contribuyeron al desarrollo de la Ciencia Moderna: “ El hombre se hace mejor a medida que se hace más sabio…; cuanto más adentro penetra su mirada, tanto más se llena su entendimiento de una fe sublime”.

Newton. Genial Físico, astrónomo y matemático, descubridor de la gran ley que regula la mecánica celeste y que él formuló con estas modestas palabras: “ Los cuerpos obran así como si se atrajeran en razón directa de sus masas e inversas del cuadrado de sus distancias”. Su arraigada convicciones religiosas le llevaron incluso a ser apóstol de la pluma. “ El orden admirable del Sol, de los planetas y cometas tiene que ser obra de un Ser Todopoderoso e Inteligente”.

Pasteur. Quizá el más sabio de su siglo. Nació el 27 de diciembre de 1822, en Döle de Jura y murió en 1895. Químico y bacteriólogo meritísimo. El fue el inventor de la asepsia y antisepsia modernas y de la vacuna contra la rabia. Le hicieron célebres también sus experimentos contra la generación espontánea. Su fe y religiosidad corrieron parejas con su ciencia. Sin el más mínimo reparo asistía a las procesiones devotamente llevando el blandón en una mano y el rosario en la otra.
Un día le dijo un amigo suyo: Parece mentira que un hombre sabio como tú tenga niñerias. “ ¿Niñerías?, le respondió Pasteur: Pues yo te aseguro que porque sé algo creo como un bretón, si supiera más creería como una bretona.”

Fabre. Eminente entomólogo francés nacido en 1823 y muerto en 1915.

Su gran obra de todos conocida son los Recuerdos Entomológicos, escritos en forma extraordinariamente atractiva y amena, lo que le granjeó ser leído por innumerables aficionados. Tan grande como su prestigio es su fe y religiosidad.
Impresionado por las maravillas del instinto de los insectos escribe expresiones como éstas: “ No puedo decir que creo en Dios; le veo; sin El nada comprendo, todo son tinieblas…” Cada siglo tiene su chifladuras, la de la época presente es el ateísmo”. Y termina: “ Me arrancarán la piel antes que la fe en Dios”

Gregorio Marañón. Con elocuente y concisa frase: “ El hombre auténticamente sabio, quiéralo o no, está siempre enfrentado con la divinidad. Huirla no conduce a otra cosa que a la superstición de la Ciencia.

Faye: Otro astrónomo de singular prudencia, casi de nuestros días (1814-1902)
“ Es falso, dice, que la ciencia haya llegado por sí misma a la negación de Dios. Esta se produce en ciertas épocas de lucha contra instituciones del pasado.